Incluir en la alimentación la avena es una de las recomendaciones que han hecho los nutricionistas debido a sus nutrientes, vitaminas B6, Vitamina E y B5, así como minerales como hierro, selenio, manganeso y cobre, además de aminoácidos esenciales.
Al incorporar este cereal en una dieta saludable se ayuda a reducir los niveles de colesterol y azúcar en sangre y por la presencia de fitoquímicos, puede ayudar a proteger el cuerpo contra el cáncer.
Por su contenido de fibra soluble, se favorecen las personas que sufren diabetes, ya que favorece la digestión del almidón estabilizando los niveles de azúcar, sobre todo después de comer. Reduce, además los ácidos biliares y disminuye su capacidad tóxica.
Igualmente, este producto facilita el tránsito intestinal y evita el estreñimiento, por la presencia de hidratos de carbono complejos, que aumenta la saciedad.
La avena es rica en proteínas de alto valor porque contienen al menos 8 aminoácidos esenciales, lo cual ayuda a la producción y desarrollo de tejido nuevo en el organismo.
En relación con la prevención de cáncer, este producto es beneficioso debido a que contiene sustancias de origen vegetal. Por eso los expertos aconsejan consumirlo todos los días, para reducir en más del 10 % la posibilidad de padecer, especialmente, cáncer de mama o de colon.
Ayuda también a disminuir el LDL o colesterol malo, ya que es una buena fuente de grasas insaturadas como el omega 6, aminoácidos esenciales y metionina.
Según Eat This, Not That, “la avena contiene una fibra soluble llamada beta-glucano, el ingrediente activo responsable de los efectos reductores del colesterol LDL de la avena, como reflejan distintos estudios al respecto”.
Por la presencia de vitaminas del complejo B, contribuyen al desarrollo y mantención del sistema nervioso central.
Ayuda a prevenir el asma en los niños. Una investigación publicada en el British Journal of Nutrition, señaló que introducir de forma temprana la avena en la dieta infantil reduce el riesgo de que los niños desarrollen asma de tipo persistente.
Protege además al cerebro del envejecimiento debido a su composición, rica en antioxidantes como la vitamina E. Además, minerales como el fósforo, el magnesio o el zinc son importantes para prevenir la depresión.
Mejora la resistencia a la insulina, ya que los carbohidratos de absorción lenta ricos no son idóneos para revertir la resistencia a la insulina y el desequilibrio de los niveles de azúcar en sangre. “Una porción de copos de avena te brinda 4 gramos de fibra y uno de beta-glucano”, según el portal Business Insider.
Otros beneficios son la prevención del hipotiroidismo, ya que contiene yodo, previene la desmineralización ósea, por la presencia de niveles necesarios de calcio y es un exfoliante de manera que se utiliza en tratamientos de belleza.
Cómo consumirla
Es importante conocer el contenido nutricional de la avena. En una taza de unos 100 gramos este producto tiene 389 calorías, 6,9 gramos de grasa (11 % de la cantidad diaria recomendada), 66 gramos de carbohidratos (22 % de la cantidad diaria recomendada), 10,6 gramos de fibra (42 % de la cantidad diaria recomendada) y 17 gramos de proteína (34 % de la RDA).
Entre tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que se deben consumir entre los 25 y los 30 gramos diarios, lo que equivale a 3 o 4 cucharadas al día para beneficiarse de las propiedades de este producto.
Los expertos recomiendan que la ingesta sea de avena cocinada “puesto que al consumirla cruda no se aprovechan toda su amplia variedad de nutrientes”.
Otro de los consejos es tomarla a la hora del desayuno como fuente de energía, “ya que nos ayudará a afrontar nuestro día a día”.