Una de las fuentes principales de sodio que se debe incluir en la dieta diaria es la sal, ya que ayuda al organismo a su buen desempeño de algunas funciones en el organismo. Las principales son el correcto funcionamiento de las células y la regulación del equilibrio de fluidos, electrolitos y de la presión arterial.
Sin duda, la sal, así como el arroz y el azúcar, se han convertido en uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo. Muchas empresas comercializan este condimento en el país, por eso, se puede conseguir fácilmente en cualquier supermercado de barrio o almacén de cadena. Sus precios varían según el tamaño del empaque y la calidad.
De color blanco muy marcado, similar al azúcar, suelen confundirse en gran medida. Es de resaltar que existen diferentes tipos de sal. Este alimento es muy utilizado para preparar diferentes comidas. Es muy raro encontrarse con un alimento cocinado al que no se le agregue sal.
“La sal de mesa, conocida comúnmente como sal, es la sal específica cloruro sódico, cuya fórmula química es NaCl. Otras denominaciones son sal marina y sal común. La sal es el condimento más antiguo usado por el hombre y su importancia para la vida es tal que ha marcado el desarrollo de la historia en diversas fases. Es posible que el primer tratado conocido sobre la sal apareciera publicado en China por el 2700 a.C”, precisó el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España.
No obstante, es importante tener un consumo moderado de este tipo de sodio, ya que, de excederse su ingesta, podría provocar la aparición de ciertas afecciones de salud como presión arterial alta o hipertensión, así como aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer gástrico y accidentes cerebrovasculares como el ictus.
¿Cuál es la cantidad requerida según la edad?
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cantidad diaria recomendada de sal, en el caso de los adultos, es de una ingesta inferior a 2000 mg/día de sodio, el equivalente a menos de 5 gramos (lo que equivale aproximadamente a una cucharadita).
A su vez, la entidad de salud advierte que la cifra sugerida para los niños y jóvenes, en especial para las personas de entre 2 y 15 años, debe ser reducida, ya que, aunque es esencial para el desarrollo sano del cerebro del feto y del niño pequeño así como para optimizar las funciones mentales de las personas en general.
Es importante recordar que tampoco es posible vivir sin sodio. Aunque es posible llevar una dieta sin añadir sal de mesa ni productos muy salados, ya que existen alimentos que contienen sodio por su propia elaboración como el pan, queso, etc. Sin embargo, las dietas muy restrictivas en sodio (o sal) sin indicación médica pueden tener efectos secundarios. Por ejemplo, pueden provocar trastornos del sueño, déficit de sodio (sobre todo en edades avanzadas) y aumento del riesgo de desarrollar cálculos renales.