La artrosis o también llamada osteoartritis es una enfermedad que se centra en degenerar exclusivamente las articulaciones (como coyunturas, rodillas, tobillos, muñeca, codos, cadera, entre otros), y la que se encuentra con mayor frecuencia es la artritis, de acuerdo con la definición de MedlinePlus, un servicio de información en línea provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
“El cartílago es un tejido que hace de amortiguador al proteger los extremos de los huesos y que favorece el movimiento de la articulación”, informa la Clínica Universidad de Navarra. Explicando que dicha enfermedad deteriora rápidamente el cartílago.
Según Mayo Clinic, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación en Estados Unidos, los síntomas son:
- Rigidez
- Dolor
- Sensibilidad
- Hinchazón
- Pérdida de flexibilidad
En este punto, según explicó la reumatóloga Montserrat Romera durante su participación en el ‘II Curso SER de Artrosis’, organizado por la Sociedad Española de Reumatología, el ejercicio físico es ‘clave’ a la hora de prevenir y de tratar la artrosis, ya que “disminuye el dolor, mejora la movilidad de las articulaciones sin dañar el cartílago ni aumentar la inflamación y aumenta la sensación de bienestar”.
De esta forma, la especialista subraya que “la práctica de actividad física de forma habitual mejora de manera significativa la calidad de vida de las personas que sufren de artrosis”. Además, el ejercicio físico disminuye las posibilidades de aparición de enfermedades asociadas, como son la obesidad o la diabetes tipo 2 (asociada o no al síndrome metabólico).
Sin embargo, en las personas con enfermedades reumáticas, el sedentarismo es más frecuente que en la población general, incrementando efectos negativos como aumento del dolor y disminución de la función física. “La inactividad física disminuye la calidad de vida de las personas con artrosis”, asegura la doctora.
La especialista también insiste en la importancia de evitar el sobrepeso, ya que la obesidad es uno de los factores que se relaciona de manera directa con el deterioro progresivo de la articulación. “En las personas con obesidad, la artrosis es casi tres veces más frecuente que en las personas con peso normal, y si nos fijamos en el caso de la artrosis de rodilla la cifra se eleva, llegando a ser cinco veces más frecuente”, explica.
“Nadar, realizar bicicleta estática o caminar son algunos ejercicios recomendables para las personas con artrosis, pero la evidencia científica también ha demostrado la importancia de realizar ejercicios de fuerza que ayudan a potenciar la musculatura asociada a la articulación”, ejemplifica la reumatóloga, al tiempo que señala la importancia de realizar ejercicio adaptado a los gustos y posibilidades de cada persona, realizándolos siempre sin llegar a forzar.
El té natural que ayuda a aliviar los síntomas
Así las cosas, el ‘reuma’ o ‘reumatismo’ hace referencia todo el conjunto de dolencias o molestias relacionadas con el aparato locomotor, y el dolor es el síntoma más frecuente que suele localizarse en las articulaciones o alrededor de las mismas, según explicó en su portal Inforeuma.
Por su parte, la fibromialgia es un trastorno crónico (de larga duración) que causa dolor y sensibilidad en todo el cuerpo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel, que hace parte de los centros que conforman los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Por tal razón, el portal E-consejos reveló que el té de tomillo puede ayudar a tratar las dos afecciones, ya que “entre sus propiedades benéficas, actúa en los procesos de lupus, artritis, reumatismo, fibromialgia y esclerosis múltiple”.
En consecuencia, para obtener los beneficios, el tomillo se puede consumir en infusión y para prepararla se debe hervir una taza de agua y se le agrega una cucharada de tomillo y se consume dos veces al día.
*Con información de Europa Press.