Con la llegada de los años “cesa el crecimiento de tejidos, por lo que el gasto energético en reposo disminuye, entre un 3-5 % menos por cada década”, así lo explica el portal del Instituto Tomás Sanz.
Cuanto pasan los años al organismo le costará perder peso consumiendo las mismas calorías. “Este descenso del gasto energético está relacionado con factores metabólicos y hormonales que son variables en función del sexo”, señala el mencionado sitio web.
De hecho, según el portal especializado Infosalus, las mujeres tienden a subir alrededor de siete kilos entre los 45 y 54 años debido a la perimenopausia y la menopausia. La información, basada en un estudio del Instituto Médico europeo de la Obesidad (IMEO), asegura que el exceso de estos kilos suele concentrase en la zona abdominal.
La investigación que se realizó en una muestra de 126 mujeres, también arrojó que la migración de la grasa en la mujer hacia la cintura puede estar relacionada con la incidencia de enfermedades preexistentes como diabetes, hipertensión, sobrepeso u obesidad.
En Colombia, es posible percibir este panorama en comparación con los hombres, pues, según cifras del Ministerio de Salud, la obesidad abdominal en mujeres de 18 a 64 años se encontró en el 59,6 % de la población, mientras que en hombres se encontró en el 39,3 %, situación que confirma que esta problemática afecta mayormente a las mujeres del país.
Retomando el estudio del IMEO, a partir de los 45 años, las mujeres comienzan a perder masa muscular, lo que se considera imprescindible para mantener un consumo calórico constante y por lo que, con los años, el organismo quema menos grasa.
Por lo anterior, existen algunos consejos con los que es posible evitar subir de peso después de los 40.
- Utilizar el celular en la noche: si antes de dormir se revisan las redes sociales en el smartphone, es mejor evitarlo ya que esta práctica, además de quitar horas de descanso, puede provocar hambre y hacer que el cuerpo quiera buscar comida en la noche.
- Cenar y dormir inmediatamente después: el cuerpo necesita digerir la comida, por esta razón no se recomienda cenar muy tarde y que, inmediatamente después, se duerma. Lo ideal es dejar que el cuerpo procese todos los alimentos, por eso, la sugerencia es cenar ligero alrededor de las siete de la noche. De esta manera, se evita subir de peso al doble.
- No cenar: eliminar o “saltarse” comidas en el día no hace bajar de peso, al contrario, puede contribuir a subir varios kilos con esta práctica. Si la persona no cena, sus órganos se mantendrán activos y necesitarán un gasto de energía, la cual tomarán de la masa muscular o de la grasa almacenada. Esto es un gran error porque la pérdida de músculo provoca que el cuerpo consuma menos calorías en reposo, afectando así al metabolismo.
- Dormir mal: la Dra. Milagros Merino Andreu, de la Sociedad Española del Sueño, explica que la falta de sueño provoca un desequilibrio entre la grelina (la hormona del apetito) y la leptina (hormona de la saciedad). Esto hace que las personas tengan mucha más apetencia por los hidratos de carbono (pastelería, pasta y azúcares), con lo que se ingiere más calorías y el cuerpo engorda con mayor facilidad.
- Comer picante por la noche: Este alimento no es recomendable porque genera mala digestión, lo que provoca que el cuerpo no descanse bien.
- Estar a dieta: las dietas milagro, muy restrictivas y demasiado bajas en calorías, hacen que el organismo se acostumbre a consumir menos. Un estudio de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) ha descubierto que, si se come poco, se sobreactivan las hormonas AGRP que se encuentran en el hipotálamo y son las encargadas de “apagar” el interruptor que activa la quema de calorías.