La glucosa (azúcar) en la sangre es la principal fuente de energía del cuerpo. Proviene de los alimentos que las personas consumen, explica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
El cuerpo descompone la mayor parte de los alimentos en glucosa y la libera en el torrente sanguíneo. En niveles adecuados, esta sustancia no ocasiona ningún tipo de complicación al organismo; sin embargo, si se eleva de forma considerable puede generar diversas afecciones.
“Cuando la glucosa en la sangre sube, le indica al páncreas que libere insulina, una hormona que ayuda a que el azúcar entre en las células para ser utilizado como energía”, precisa la citada fuente. Si este proceso no se da de manera eficaz, la glucosa se queda en la sangre y es posible que derive en enfermedades como la diabetes.
Una de las formas de evitar este padecimiento es prestando especial cuidado a la alimentación, la cual debe ser rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras. Dentro de los productos que se convierten en glucosa en la sangre están los carbohidratos, por ello es determinante no abusar de su consumo.
El pan y la glucosa
Uno de los muchos carbohidratos que las personas ingieren a diario es el pan, un alimento que desde hace centenares de años forma parte de las dietas alrededor del mundo. Sin embargo, se dice que el pan blanco, el arroz blanco, el puré de papas, las donas y muchos cereales para el desayuno, tienen un índice glucémico y una carga glucémica alta, por lo que los expertos recomiendan limitar su consumo.
Según una publicación del medio digital Business Insider, los panes blancos son los menos recomendados en la dieta ya que podrían incrementar la glucosa en la sangre y la explicación científica es que estos carbohidratos se simplifican a gran velocidad en el sistema digestivo.
En relación con este tema, el epidemiólogo de la Universidad de Navarra y autor del libro Salud a ciencia cierta, Miguel Ángel Martínez-González, explica para el diario El Español que, prácticamente, el pan blanco se convierte en azúcar al contacto con la saliva.
“Los carbohidratos del pan blanco se convierten rápidamente en glucosa y, de la misma manera, esta sustancia es absorbida por el torrente sanguíneo en un período muy corto de tiempo”, asegura. Esto lo que hace, según los expertos, es que se presenten picos de azúcar en la sangre.
Para estabilizar el nivel de glucosa, el páncreas debe producir una buena cantidad de insulina que permita cumplir con la función de dejar pasar el azúcar a las células para que estas la conviertan en energía.
Recomendaciones de expertos
Dado que el pan elaborado con harinas refinadas, como el blanco, es el que más rápido se transforma en azúcar en la sangre, la Asociación de Diabetes de Estados Unidos (ADA, por sus siglas en inglés) recomienda elegir pan integral en lugar de la mencionada opción. Estas son algunas de las sugerencias que plantea.
- Pan de linaza, pan de salvado, de avena y pan de pita o de trigo.
- Pan de siete granos. Alto en proteína y fibra, este pan sin harina tiene 15 gramos de carbohidratos y tres de fibra por rodaja.
- Pan multicereal de trigo germinado. Cada rodaja tiene 15 gramos de carbohidratos, cinco de proteína y dos de fibra.
¿Cuándo comer pan?
Los efectos que el pan pueda tener en el cuerpo obedecen no solo a la cantidad que se consuma, de qué esté elaborado o con qué se acompañe, sino a la hora en la que se ingiera. Lo ideal es comerlo al desayuno y no después de las 5:00 p. m., por ejemplo.
También es importante tener en cuenta que el pan que se consume no tenga otros ingredientes, como bocadillo, que terminen incidiendo en los niveles de glucosa en la sangre.
¿Cuáles son los diferentes tipos de carbohidratos?
Hay tres tipos principales de carbohidratos, según la Biblioteca Nacional de Medicina.
- Azúcares: también se llaman carbohidratos simples porque se encuentran en su forma más básica. Pueden agregarse a los alimentos, como el azúcar en dulces, postres, alimentos procesados y refrescos. También incluyen los tipos de azúcar que se encuentran naturalmente en frutas, verduras y leche.
- Almidones: son carbohidratos complejos que están hechos de muchos azúcares simples unidos. El cuerpo necesita descomponer los almidones en azúcares para usarlos como energía. Los almidones incluyen pan, cereal y pasta. También incluyen ciertas verduras, como papas, guisantes y maíz.
- Fibra: también es un carbohidrato complejo. El organismo no puede descomponer la mayoría de la fibra, por lo que comer alimentos con fibra puede ayudar a sentirse lleno y hacer que sea menos probable que se coma en exceso. Las dietas altas en fibra tienen otros beneficios para la salud. Pueden ayudar a prevenir problemas estomacales o intestinales, como el estreñimiento. También contribuyen a bajar el colesterol y azúcar en la sangre. La fibra se encuentra en muchos alimentos que provienen de plantas, como frutas, verduras, nueces, semillas, frijoles y granos integrales.