Para nadie es un secreto que junto al arroz, la papa es uno de los alimentos de origen vegetal más consumidos en el ámbito mundial. Figura como un perfecto ingrediente para la preparación de diferentes platos. Por lo general, se consume en el almuerzo, pero también se puede incluir en la cena. Se suele encontrar con facilidad en cualquier supermercado de barrio.
Al ser un tubérculo, crece debajo de la tierra. La papa acumula una gran cantidad de hierro, vitamina C y vitaminas que hacen parte del grupo B. Asimismo, es muy rica en magnesio, fósforo, potasio, folato y ácido pantoténico. La papa también es un alimento que contiene fibra.
“La papa es un tubérculo comestible que crece bajo la tierra. Su principal función es almacenar o acumular nutrientes. La planta requiere mucha humedad de forma regular. Responde bien a las temperaturas templadas, sufre cuando es excesiva y sobre todo cuando hay sequía. La planta no debe pasar sed en ningún momento, sobre todo al principio, porque podría reducir el rendimiento a la cuarta parte”, explica el sitio web del Gobierno de México.
“Una vez recolectada se almacena en lugares secos y oscuros, pues la luz solar, además de sacarle brotes, aumenta su contenido de toxinas. Nunca debes consumir una papa que por vieja se haya puesto de color verduzco”, agrega el portal.
A pesar de que la papa es un alimento que le aporta diversos nutrientes al organismo, es de vital importancia tener mucho cuidado con la forma en que se ingiere, ya que una de las preparaciones de la papa puede aumentar los niveles del azúcar o glucosa en la sangre.
De acuerdo con la plataforma digital El Español, cuando se prepara y se consume puré de papa, algunos de sus compuestos, por diversos factores, se convierten en el organismo en azúcar o glucosa, lo cual eleva sus niveles en el torrente sanguíneo.
“El puré de papa es una guarnición que debemos consumir con moderación: en primer lugar, porque sus carbohidratos se transforman en azúcares rápidamente; también porque su alto índice glucémico se relaciona con un mayor riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades del corazón; y, por último, porque al no tener que masticarlo consumimos una mayor cantidad de papas que si las tomáramos, por ejemplo, al horno. Una alternativa saludable a esta guarnición pueden ser las ensaladas o los pimientos asados”, afirma la página.
Azúcar o glucosa en la sangre
La glucosa se obtiene de los alimentos ricos en azúcar que se consumen a diario. Es la principal fuente de energía del organismo, por eso, es de suma importancia para el cerebro. La insulina, una hormona excretada por el páncreas, se encarga de permitir el acceso de la glucosa a las células, para ser usada como energía.
En niveles normales en la sangre, no le produce problemas al organismo. Sin embargo, cuando sus valores son muy elevados, la glucosa aumenta el riesgo de padecer una enfermedad crónica y metabólica como la diabetes.
“La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre están muy altos. La glucosa proviene de los alimentos que consume. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las células para suministrarles energía. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. En la diabetes tipo 2, la más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada. Sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre”, precisa Medline Plus, Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Propiedades y beneficios de la papa
De acuerdo con el portal Cuerpo Mente, este alimento es una fuente de energía que aporta una importante cantidad de vitaminas y minerales y menos calorías de las que se le atribuyen. Por ejemplo, las papas son cruciales proveedoras de vitamina C.
Este nutriente ayuda al organismo a absorber hierro y a formar colágeno en los vasos sanguíneos, músculos, cartílagos y huesos. El organismo la requiere para el crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo y también ayuda a sanar heridas y formar tejido cicatricial.
De igual forma, al ser un antioxidante le hace frente al daño de los radicales libres, los cuales se producen cuando el cuerpo descompone el alimento o cuando la persona está expuesta al humo del tabaco o a la radiación.
“La acumulación de radicales libres con el tiempo es ampliamente responsable del proceso de envejecimiento y juegan un papel en el cáncer, la enfermedad del corazón y los trastornos como la artritis”, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
La vitamina B1 que posee este alimento, por su parte, ayuda a las células del organismo a convertir carbohidratos en energía, la cual le llega al cerebro y al sistema nervioso.
De igual forma, posee vitamina K, que es soluble en grasa y vital para la coagulación de la sangre y para prevenir la pérdida ósea. Esta vitamina también apoya el transporte de calcio por todo el cuerpo. Las papas crudas contienen alrededor del 5 % de la ingesta diaria recomendada de esta vitamina.
Adicionalmente, al ser fuente de ácido fólico y hierro, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y a estimular la producción de glóbulos rojos en el cuerpo.
Por último, el portal Cocina Fácil de México, indica que, gracias a las propiedades antiinflamatorias que ofrece este alimento, ayuda a tratar afecciones relacionadas con el sistema cardiovascular y la hipertensión al mejorar la circulación del cuerpo.