Los calambres musculares son una experiencia que puede causar incomodidad y dolor en cualquiera, desde atletas hasta personas sedentarias. Estos espasmos involuntarios y dolorosos de los músculos pueden ser causados por una variedad de factores.

Según la Mayo Clinic, los calambres musculares a menudo son el resultado de una combinación de factores, como la deshidratación, la fatiga muscular, la mala circulación sanguínea y la falta de minerales importantes, como el potasio, el calcio y el magnesio. Estos elementos son cruciales para el buen funcionamiento de los músculos y la prevención de los calambres.

Cuando esto ocurre es posible que se presente dolor, el cual puede durar unos segundos a varios minutos. Es una afección que se presenta en cualquier músculo, pero ocurre principalmente en las piernas y muchas veces en la noche. Si bien, por lo general son inofensivos, los calambres en los músculos en ocasiones imposibilitan temporalmente la movilidad adecuada.

El calambre es un espasmo muscular, una contracción involuntaria de uno o más músculos. | Foto: Getty Images

Por eso, expertos en salud afirman que el consumo de pera es fundamental por todos los nutrientes que aporta al organismo y que ayudan a prevenir los molestos calambres musculares y además permiten que el cuerpo humano supere de una manera más rápida el agotamiento físico, natural después de cualquier práctica deportiva.

La pera es una fruta que aporta diversos beneficios para la salud, ya que es rica en una fibra llamada pectina, vitaminas A, C y B9, minerales como el magnesio, manganeso, fósforo, calcio y cobre y compuestos antioxidantes, según el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde.

La Fundación Española de la Nutrición, también hace mención honorífica a la pera y afirma que esta es refrescante, nutritiva y baja en calorías, ya que cuenta con apenas 57 por cada 100 gramos, además de ser rica en agua y fibra, especialmente de tipo insoluble.

La pera, al ser rica en fibras como la pectina, ayuda a disminuir el colesterol malo LDL | Foto: Libre de derechos

La pera ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Esto es debido a procianidina, un antioxidante que disminuye la rigidez en los tejidos cardíacos. Además, disminuye los niveles de colesterol malo (LDL) el cual se pega en las arterias. También aumenta los niveles de colesterol bueno (HDL), que favorece también el funcionamiento circulatorio.

Gracias a su aporte de vitamina C y otros compuestos antioxidantes, como la epicatequina, la catequina y el ácido caféico, el consumo regular de pera con la cáscara, ayuda a aumentar las defensas del organismo, a disminuir la inflamación y contribuye en la producción de glóbulos blancos, que son responsables de proteger al organismo, evitando la aparición de enfermedades como la gripa, asegura Tua Saúde.

La pera tiene compuestos beneficiosos para la salud, como los flavonoides, | Foto: Con derechos gestionados de Getty Images

Otros alimentos que se deben consumir

El potasio, por ejemplo, juega un papel crucial en la regulación de los impulsos eléctricos en las células musculares, lo que ayuda a prevenir los espasmos. Por eso, alimentos ricos en potasio como el aguacate y el plátano pueden ser beneficiosos para mantener los niveles adecuados de este mineral en el cuerpo.

Además, la Fundación Española de Nutrición (FEN) destaca que los frutos secos, como las almendras y las nueces, son fuentes naturales de magnesio y calcio. El magnesio es esencial para la relajación muscular y su deficiencia puede estar relacionada con la aparición de calambres. El calcio, por su parte, juega un papel importante en la contracción muscular y su carencia también puede contribuir a los calambres.

La doctora Sarah Brewer, médica británica y autora de libros sobre salud, respalda estos principios en su sitio web y destaca cómo los nutrientes presentes en el aguacate, el plátano y los frutos secos pueden ser efectivos para prevenir los calambres. Sin embargo, advierte que la ingesta excesiva de potasio puede no ser adecuada para todos, especialmente para aquellos con problemas renales.

Como siempre, antes de realizar cambios significativos en la alimentación, es recomendable consultar con un profesional de la salud, como un nutricionista, para garantizar que sea apropiado para cada persona.