El calcio es el mineral más abundante en el cuerpo humano, y los dientes y los huesos contienen la mayor cantidad, aunque los tejidos corporales, las neuronas, la sangre y otros líquidos guardan el resto del calcio, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, pero es necesario consumir vitamina D.
Muchos alimentos contienen calcio, pero los productos lácteos son la mejor fuente. Sin embargo, hay personas que son intolerantes a la lactosa y esto sucede cuando el intestino delgado no produce una enzima llamada lactasa para digerir la lactosa y los síntomas se presentan frecuentemente de 30 minutos a 2 horas después de consumir productos lácteos y estos pueden ser peores cuando se consumen grandes cantidades.
Por ello, el diario español Mundo Deportivo reveló, en su sección de salud, que los otros alimentos ricos en calcio para fortalecer los huesos de manera natural son:
1. Verduras
2. Frutas
3. Pescado
4. Marisco
Entretanto, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) explicó en su portal que la vitamina D y el calcio también se encuentra en suplementos de multivitaminas y multiminerales.
Respecto a las cantidades, el Instituto señaló que depende de la edad y el sexo, pero en términos generales las cantidades promedio de calcio diarias recomendadas, expresadas en miligramos (mg) son:
- Bebés hasta los 6 meses: 200 mg
- Bebés de 7 a 12 meses: 260 mg
- Niños de 1 a 3 años: 700 mg
- Niños de 4 a 8 años: 1.000 mg
- Niños de 9 a 13 años: 1.300 mg
- Adolescentes de 14 a 18 años: 1.300 mg
- Adultos de 19 a 50 años: 1.000 mg
- Hombres adultos de 51 a 70 años: 1.000 mg
- Mujeres adultas de 51 a 70 años: 1.200 mg
- Adultos mayores de 71 años: 1.200 mg
- Adolescentes embarazadas y en período de lactancia: 1.300 mg
- Adultas embarazadas y en período de lactancia: 1.000 mg
¿Puede el calcio ser perjudicial?
Según algunos estudios, quienes consumen grandes cantidades de calcio podrían tener un riesgo mayor de cáncer de próstata y enfermedades cardíacas.
Asimismo, el instituto explicó que el exceso de calcio en la sangre y la orina puede causar falta de tono muscular, mal funcionamiento de los riñones, niveles bajos de fosfato, estreñimiento, náuseas, pérdida de peso, cansancio extremo, necesidad frecuente de orinar, ritmo cardíaco anormal y un alto riesgo de muerte por enfermedad cardíaca.
Sin embargo, los niveles elevados de calcio en la sangre y en la orina suelen deberse a un trastorno de salud, como niveles elevados de la hormona paratiroidea o cáncer, y no al consumo excesivo de calcio.
¿Qué pasa si no se consume suficiente calcio?
De acuerdo con el instituto, a corto plazo, la insuficiencia en el consumo de calcio no produce síntomas evidentes porque el cuerpo mantiene los niveles de calcio en la sangre tomando lo que necesita de los huesos. A largo plazo, el consumo de calcio por debajo de los niveles recomendados repercute en la salud de distintas formas, como una masa ósea baja (osteopenia) y un aumento de los riesgos de osteoporosis y fracturas óseas.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.