La migraña se caracteriza por ser un dolor de cabeza agudo, que generalmente se presenta en un solo lado. En ocasiones este malestar puede darse acompañado de náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz o al sonido.
Los ataques de migraña pueden durar horas o días, y el dolor puede ser tan intenso que interfiere en las actividades diarias. Esta patología no es mortal, pero sí puede resultar muy incapacitante. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de una de las veinte enfermedades que mayor número de incapacidades genera cada año.
Algunas personas experimentan un síntoma de advertencia conocido como aura que ocurre antes o con el dolor de cabeza. Un aura puede incluir alteraciones visuales, como destellos de luz o puntos ciegos, así como hormigueo en un lado de la cara o en un brazo o pierna y dificultad para hablar.
Las causas para se que presente migraña pueden ser diversas y no están del todo claras, según MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, pero en esta afección es posible que influya la deficiencia de vitaminas como la D.
Este nutriente le ayuda al cuerpo a absorber el calcio, uno de los principales componentes de los huesos. La vitamina D también juega un rol clave en el sistema nervioso, muscular e inmunitario. Un informe presentado hace un par de años en una reunión de la Sociedad Americana del Dolor de Cabeza descubrió que el 40 % de las personas con migrañas tenían niveles bajos de este nutriente y otra de las concusiones fue que quienes tenían deficiencias también desarrollaban migrañas a más temprana edad.
Un artículo publicado en CNN refiere análisis en los que se ha descubierto que varias zonas del cerebro, incluido el hipotálamo, que se ha relacionado con algunos tipos de dolores de cabeza, tienen receptores para la vitamina D, así como enzimas que ayudan a convertirla en una forma que el cuerpo la pueda utilizar. Esto explicaría por qué la carencia de esta vitamina contribuiría al desarrollo de dolores de cabeza.
La deficiencia de esta vitamina en el organismo también podría causar fatiga y falta de energía, debilidad, dolor en las articulaciones y depresión, según el doctor Donald Brown, médico de atención primaria en Hospital Houston Methodist. Normalmente la carencia de esta vitamina en adultos puede pasar inadvertida, hasta que se convierte en una deficiencia grave.
¿Cómo obtener esta vitamina?
Los expertos aseguran que este nutriente se puede obtener de tres maneras: a través de la piel, mediante la dieta y con suplementos. El cuerpo produce vitamina D naturalmente después de exponerse a la luz del sol, pero es importante prestar atención porque demasiada exposición al sol puede ocasionar envejecimiento y cáncer de piel.
En cuanto a la dieta hay productos específicos que le aportan este nutriente al organismo. Por ejemplo, los pescados grasos como el salmón, el atún y la caballa; el hígado de res, el queso, los hongos y las yemas de huevo.
¿Quién está en riesgo de carencia de vitamina D?
Algunas personas corren un mayor riesgo de deficiencia de este nutriente, según los especialistas.
- Bebés amamantando, porque la leche humana no es una buena fuente de vitamina D.
- Adultos mayores, porque su piel no produce vitamina D cuando toman sol tan eficientemente como cuando eran jóvenes, y sus riñones son menos capaces de convertir la vitamina D a su forma activa.
- Personas de piel oscura porque tienen menos capacidad de producir vitamina D del sol.
- Quienes tienen obesidad porque su grasa corporal se une a un poco de vitamina D y le impide entrar en la sangre.
- Personas con enfermedad renal o hepática crónica, lo que puede afectar su capacidad para convertir la vitamina D en una forma que el cuerpo la pueda usar.
- Personas que toman algunos medicamentos puntuales que afectan los niveles de esta vitamina.