Si lo que se quiere es gozar de buena salud, es importante cuidar de cada uno de los sistemas que componen el cuerpo. Entre los más importantes se encuentra el sistema muscular, el cual es responsable de permitir la movilidad del cuerpo y garantizar el correcto desempeño del organismo.
La salud muscular va más allá de lo meramente estético e implica cuidados también para mantener los músculos fuertes y sanos en el interior. Como señala el Manual de Medicina MSD, existen tres tipos de músculos: esquelético, liso y cardíaco, y de acuerdo con cada tipo varía su funcionalidad.
Los primeros, los esqueléticos, son los encargados de la postura corporal y del movimiento. Para ello, están unidos a los huesos y se disponen en grupos opuestos entre sí alrededor de las articulaciones, según el referenciado manual.
“Por ejemplo, los músculos que doblan el codo (bíceps) están en una disposición opuesta a los músculos que lo estiran (tríceps). Estos movimientos opuestos se equilibran. El equilibrio suaviza los movimientos, lo cual contribuye a evitar daños en el sistema musculoesquelético”, agregan.
Asimismo, se catalogan como músculos voluntarios, puesto que son controlados por el cerebro y se mueven según lo requiera la persona. Contrario a los músculos lisos que no pueden ser gestionados a voluntad, aunque sí dependen del cerebro. Los músculos lisos controlan determinadas funciones del cuerpo que no lo hacen de manera consciente.
“El músculo liso rodea muchas arterias y se contrae para regular el flujo sanguíneo. Rodea los intestinos y se contrae para mover los alimentos y las heces a lo largo del tracto digestivo”, precisan.
Finalmente, el músculo cardíaco no hace parte del sistema musculoesquelético y funciona sin el control consciente del ser humano. De acuerdo con el manual de MSD, este es el que genera el corazón y se compone de un patrón regular de fibras que, bajo el microscopio, parecen rayas.
¿Cuál es la vitamina que favorece la regeneración muscular?
La buena noticia es que son dos las vitaminas que contribuyen a mantener el buen estado de la estructura muscular: la vitamina D y la vitamina C.
La vitamina D es famosa por su importancia para el correcto desarrollo de los huesos, pero menos conocida también es su función para el cuidado de los músculos. Según un artículo publicado por El Universal, la deficiencia de vitamina D se relaciona con agotamiento y dolor muscular.
Es por ello que se recomienda su consumo para favorecer el rendimiento físico y fortaleza de la musculatura. Esta se puede obtener mediante la exposición controlada al sol, suplementos dietarios y una alimentación que contenga ingredientes como los pescados grasos, el hígado de res, leche y derivados lácteos, los hongos y la yema de huevo.
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La vitamina C, por su lado, es reconocida como un nutriente esencial para combatir las infecciones respiratorias, como la gripe. Sin embargo, tiene numerosas propiedades para el bienestar físico del organismo. De acuerdo con el artículo de El Universal, la vitamina C se destaca por su acción antioxidante la cual puede contribuir a mejorar la acumulación de radicales libres y favorecer la recuperación después de realizar actividad física.
Este compuesto se puede encontrar en los frutos cítricos, los pimentones, tomates, brócoli y las verduras de hojas verdes. Asimismo, se puede complementar con suplementos dietarios.
A estos nutrientes se suman algunos minerales que se caracterizan por su aporte para el organismo, como el calcio, el potasio, el silicio y el magnesio.
Además de la alimentación, el blog de salud de Ensure recomienda agregar peso a la rutina de ejercicio, realizando algunas actividades que involucren pesas, pero sin sobrecargar el músculo. Igualmente, resulta conveniente realizar ejercicios aeróbicos durante 30 minutos, durante al menos 5 días a la semana.