Muchas personas relacionan la vitamina D con protección solar, y aunque está relacionada, esta contiene muchos más beneficios para la salud en general.
Es posible que muchas personas no sean conscientes de todas las funciones importantes que desempeña la vitamina D, ya que algunas de ellas pueden desarrollarse en corto plazo y pasar desapercibidas. Sin embargo, la verdad es que la vitamina D es esencial por muchas razones y en diferentes etapas de la vida.
A menudo se subestima la importancia de obtener suficiente vitamina D a través de la exposición solar, puesto que algunos confían en la radiación solar para recibirla. Desafortunadamente, incluso en países de Europa, que tienen muchas horas de sol, hay una deficiencia generalizada de vitamina D. En contraste, los países nórdicos, que tienen menos exposición solar, a menudo recurren a la suplementación de vitamina D. Esta es una lección que puede aprenderse, especialmente porque la radiación solar no se recibe de la misma manera durante todas las estaciones.
Por esta razón, si las personas dependieran únicamente del sol para obtener vitamina D durante el invierno, sería necesaria una exposición al sol mayor de lo habitual. Además, en verano, con más horas de sol y una mayor intensidad de los rayos solares, la síntesis de vitamina D es más fácil y se logra con solo unos pocos minutos diarios.
Vitamina D para prevenir la demencia
Una reciente investigación publicada en la revista especializada Alzheimer’s & Dementia relacionó “los bajos niveles de esta vitamina con riesgos acrecentados de demencia y alzhéimer”. De acuerdo con la publicación, los ancianos que toman suplementos de vitamina D tienen un 40% menos de probabilidades de desarrollar demencia en comparación a los que no la tomaron.
Otra investigación llevada a cabo por el Instituto Hotchkiss del Cerebro, de la Universidad de Calgary en Canadá en colaboración con la Universidad de Exeter en Reino Unido, determino que “la vitamina D ayuda a prevenir la demencia y a alargar su padecimiento”.
En él se estudiaron a 12.388 participantes con una edad media de 71 años y sin diagnóstico de demencia. A 4.637, un 37%, se les suplementó con vitamina D. Del total, 2.696 padecieron demencia pasados 10 años, de ellos, el 75% no había tomado vitamina D y el 25% sí.
Evitar enfermedades del corazón
Información suministrada por Mayo Clinic destaca que “existen algunos indicios de una relación entre los bajos niveles en sangre de la vitamina D y la enfermedad cardíaca”.
Por su parte, científicos de la Universidad de Australia del Sur aseguran que han encontrado evidencia genética del papel del déficit de esta sustancia en la aparición de enfermedades cardiovasculares.
En el primer estudio de este tipo, que se detalla en European Heart Journal, demuestra que “las personas con deficiencia de vitamina D tienen más probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas y presión arterial más alta que aquellas con niveles normales”.
Según las estadísticas, las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en todo el mundo, con 17,9 millones de fallecimientos al año. Bajas concentraciones de vitamina D son comunes en muchas partes del mundo y los datos del Biobanco del Reino Unido muestran que el 55% de los participantes tienen niveles bajos (<50 nmol/L) y el 13%, una deficiencia grave (<25 nmol/L).
En este trabajo, la profesora Elina Hyppönen, investigadora principal, enfatiza que “el 23% de las personas en Australia, el 24% en los Estados Unidos y el 37% de los canadienses registran niveles bajos”.
En su opinión, poner en valor este déficit para la salud del corazón podría ayudar a reducir la carga global de enfermedades cardiovasculares. “La deficiencia severa es relativamente rara, pero en entornos donde esto ocurre, es muy importante ser proactivo y evitar efectos negativos en el corazón. Por ejemplo, la deficiencia puede ser un problema para las personas que viven en residencias y que pueden tener una exposición limitada al Sol”, concluyó.