Las actividades diarias pueden llevar a una persona a agotarse física y mentalmente, que deriva esencialmente en falta de energía y en querer dormir permanentemente.

Se trata de una primera señal de alerta a la que se le debe poner atención porque, lejos de solucionar, puede agravarse debido a que, a pesar de dormir varias horas seguidas, la persona sigue cansada o desganada.

Para ello es importante tener en cuenta que, así como se tiene claro los horarios académicos o laborales, también los momentos de descanso deben ser respetados para que nada ni nadie lo afecte.

“Descansar de manera adecuada durante el tiempo que le dedicas a ello, puede resultar incluso más importante que el tiempo que le dediques en sí, aunque no por ello descuidar esta cantidad de tiempo debería ser una opción”, de acuerdo con un análisis de la Fundación Universitaria del Área Andina, Areandina.

El ideal, según advirtió, es completar las 8 horas de sueño nocturno, pero también tener en cuenta “que las pequeñas pausas te dan un segundo aire para continuar con tu día. Por ejemplo, si haces una pausa entre clases y dedicas 10 minutos para relajar tu mente y escuchar una canción que te guste, estarás como nuevo para asistir a tu siguiente clase”.

De otra parte, otros especialistas han señalado cuáles son las principales causas que llevan al cansancio físico y mental: Jornadas extensas de trabajo, práctica de ejercicios de manera intensa, no dormir las horas adecuadas o trastornos del sueño, abusar de diuréticos, tranquilizantes y laxantes, déficit de vitaminas o proteínas y convalecencia por enfermedad o cirugía.

Así como se tiene claro los horarios académicos o laborales, también los momentos de descanso deben ser respetados para nada ni nadie lo afecte. | Foto: Getty Images / turk_stock_photographer

En el listado elaborado por Mejor con salud aparecen, además, la mala alimentación, anemia o no cumplir con la cantidad de ingestas diarias, embarazo, fumar, obesidad, estrés o trastornos depresivos y enfermedades como diabetes, fibromialgia, cáncer, hepatitis o hipotiroidismo.

Entre las consecuencias se encuentran la reducción paulatina de la energía y dificultad para hacer las actividades cotidianas, debilidad corporal y bajo rendimiento físico, pérdida de apetito, palidez, dificultad para concentrarse, falta de memoria, somnolencia y dolor de cabeza.

Asimismo, sensación de aturdimiento, mareos, desánimo, depresión, irritabilidad, falta de optimismo, estreñimiento y pesadillas.

Además de las que se encuentran en los alimentos, existen vitaminas en forma de complejos vitamínicos que se encuentran en las droguerías o almacenes de cadena cercanos en forma de pastillas, cápsulas y comprimidos efervescentes. (Photo by Smith Collection/Gado/Getty Images) | Foto: Getty Images

¿Qué hacer?

Frente al cansancio y el dolor muscular que puede derivar de la actividad diaria, los expertos aconsejan una buena alimentación, en especial una dieta balanceada. Asimismo, el consumo de agua como fuente de energía.

La recomendación es tomar de 2 a 3 litros diarios, ya que, además, las labores permanentes, las que se hacen al margen, puede llevar a agotamiento físico y mental, acompañada de alguna manera con deshidratación.

Además de esas recomendaciones, se añaden las vitaminas, que son moléculas orgánicas imprescindibles para los seres vivos en forma de micronutrientes. Al ingerirlas en la dieta de forma equilibrada y en dosis esenciales, promueven el correcto funcionamiento fisiológico y del metabolismo.

En este caso, el consumo de vegetales, frutas y legumbres, que contenga también cereales integrales, además de frutos secos, lácteos, pescados y carnes en menor proporción, pueden aportar la cantidad de vitaminas que se necesita.

El consumo de vegetales, frutas y legumbres, que contenga también cereales integrales, además de frutos secos, lácteos, pescados y carnes en menor proporción, pueden aportar la cantidad de vitaminas que se necesita. (Photo by Daniel Karmann/picture alliance via Getty Images) | Foto: (c) Copyright 2023, dpa (www.dpa.de). Alle Rechte vorbehalten

Además de las que se encuentran en los alimentos, existen vitaminas en forma de complejos vitamínicos que se encuentran en las droguerías o almacenes de cadena cercanos: pastillas, cápsulas y comprimidos efervescentes.

Estos contienen minerales como el magnesio y el potasio, así como otros elementos como la coenzima Q10 fundamentales para la obtención de energía.

Las que se deben tener en cuenta, son vitaminas B y C, que actúan en el metabolismo energético, mejorando el funcionamiento del sistema inmune, en el mantenimiento del sistema nervioso y en la formación de glóbulos rojos.

En ese grupo se encuentran: Tiamina o vitamina B1, Riboflavina o vitamina B2, Niacina o vitamina B3, Ácido patoténico o vitamina B5, Piridoxina o vitamina B6, Vitamina B12 y Vitamina C, que mejora la absorción del hierro y evita la anemia.

Los especialistas han advertido que el consumo de vitamina B12, especialmente por personas veganas, es esencial, ya que deben tomar suplementos de esta vitamina si no consumen carnes, pescados, huevos o lácteos.

También ayudan a recuperar energía, se encuentran las vitaminas A, D, E y K. En las farmacias también se pueden encontrar complejos vitamínicos que puede ayudar en ese objetivo.