La presencia de azúcar en la sangre es normal, de hecho los especialistas consideran que los valores que estén por los 140 mg/dl se consideran los adecuados, mientras que de 140 a 199 mg/dl están relacionados con la prediabetes y los superiores a los 200 mg/dl a diabetes.
La glucosa en el cuerpo proviene de los alimentos que comemos o es producida por el hígado, y se encuentra en el torrente sanguíneo y llega a los diferentes órganos y cédulas, para convertirse en energía.
Un alto nivel de azúcar se denomina clínicamente como hiperglucemia y los síntomas con los que están relacionados son: aumento de la sed, orina frecuente, visión borrosa, cansancio o debilidad, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, falta de aire, dolor estomacal, aliento con olor frutal y boca muy seca.
Pero así como existen riesgos por el aumento de glucosa en la sangre, también se presentan cuando esos niveles son bajos. En este caso los síntomas son: temblores, ansiedad, cansancio o somnolencia, debilidad, sudoración, hambre, sensación de hormigueo en la piel, mareos o aturdimiento, dolor de cabeza, dificultad para hablar, visión borrosa, desorientación y pérdida del conocimiento.
En ambos casos, la recomendación es que la persona acuda al médico para un diagnóstico adecuado.
Pero además de esto, existen tratamientos naturales para controlar el azúcar en la sangre, como el consumo de bebidas preparadas con semillas de calabaza.
Se recomienda el consumo de una porción de unos 30 gramos, aproximadamente un cuarto de taza, que proporcionará al cuerpo cerca de 150 calorías, 15 gramos de grasa saludable, unos pocos gramos de carbohidratos y 8 a 10 gramos de proteína vegetal.
Los expertos han señalado que las semillas de calabaza también son ricas en nutrientes, grasas buenas (monoinsaturadas y poliinsaturadas), fibras, antioxidantes, vitaminas como la E, A y C y minerales como el hierro y el magnesio, que ayudan mantener una buena salud.
Igualmente, han señalado que aportan diversos beneficios para la salud, ayudando a mejorar el funcionamiento tanto del cerebro como del corazón, así como favorecer la salud intestinal y disminuir la inflamación en el organismo ocasionada por diversas enfermedades.
Magnesio: debido a la presencia de magnesio, la persona que las consumen pueden mejorar el estado de ánimo y el sueño. Ayudan a la producción de colágeno y promueve la salud de la piel y los huesos.
Hierro y el cobre: estos tienen relación con la producción de energía y al transporte del oxígeno a nuestras células.
Zinc: contribuye a la inmunidad, la salud de la piel y la visión.
Los especialistas han señalado que con una sola ración de semillas de calabaza puede suministrar entre el 14 % y el 42 % del objetivo diario de estos nutrientes esenciales.
Además de los minerales, las semillas de calabaza están llenas de antioxidantes protectores de las células, incluyendo carotenoides y vitamina E, que contribuyen a reducir las inflaciones y a evitar el envejecimiento prematuro y las enfermedades crónicas.
Igualmente, estas son fuentes de ácidos grasos omega-3 de origen vegetal, que pueden contribuir a la protección contra las enfermedades cardíacas, la reducción del riesgo de endurecimiento de las arterias y antiinflamación.
Por ser bajas en carbohidratos y su aporte como proteína vegetal, ayudan a proteger contra la diabetes de tipo 2 o a reducir sus complicaciones, ya que regula la insulina y protege los órganos contra las consecuencias de la diabetes.
Así mismo, son antimicóticas y antivirales, y pueden mejorar la calidad del esperma, ya que ayudan a proteger la salud de la próstata, debido a su contenido de zinc que puede favorecer la fertilidad masculina.
Cómo consumirlas
Este producto natural se puede consumir de varias maneras, como han recomendado algunos expertos:
- Semillas secas: se pueden utilizar enteras en la ensalada o en la sopa. La porción recomendada es de 10 gramos al día. Consumir alrededor de 10 a 15 gramos de semillas todos los días por una semana es excelente para eliminar los parásitos intestinales.
- Semillas trituradas: en este caso, se puede añadir una cucharada (10 g) a los cereales, yogures o jugos de frutas. Basta colocar las semillas en una licuadora o en un procesador de alimentos para triturarlas.
- Aceite de semillas de calabaza: se puede conseguir en supermercados o pedirlas en tiendas online. Se utiliza para aderezar la ensalada o para añadirlo a la sopa una vez que esté lista. Debido a que este aceite pierde sus propiedades al calentarse, debe utilizarse crudo.