Uno de los cinco órganos vitales del cuerpo humano y que de su actividad dependen otras funciones, tales como el flujo sanguíneo y la oxigenación del organismo, es el corazón. Por lo que tener una buena salud cardiovascular es fundamental para las personas, entre las que se destacan una alimentación saludable, la práctica de actividad física y el estilo de vida.
Sin embargo, muchas personas pueden llegar a presentar problemas cardiacos como un infarto, también conocido como ataque cardíaco, debido a enfermedades como la hipertensión, enfermedades cerebrovasculares, enfermedad vascular periférica e insuficiencia cardíaca, que pone en riesgo la vida de la persona que lo padece. Es importante recibir atención profesional en el menor tiempo posible para disminuir el riesgo de muerte.
El portal American Society of Clinical Oncology dio a conocer un listado de los síntomas que puede llegar a ocasionar un ataque cardiaco: manos o pies hinchados, dolor en el pecho, mareos constantes, dificultad para respirar y fatiga. A lo anterior se suman, dolor o molestias que se propagan al hombro, al brazo, a la espalda, al cuello, a la mandíbula, a los dientes o, a veces, a la parte superior del abdomen; sudor frío, acidez estomacal o indigestión y náuseas, según Mayo Clinic.
Sin embargo, en algunos casos, las personas solo pueden presentar un síntoma y no todos los anteriores. En caso de sospechar alguno, se debe acudir inmediatamente a un centro de salud.
“No tienes que presentar todos los síntomas, pero es probable que al menos uno o dos, por lo que es importante que acudas al médico a realizarte tus estudios de rutina. La única manera de comprobar si has sufrido un infarto silencioso es a través de un electrocardiograma o ecocardiograma”, agrega Mundo Deportivo.
Por su parte, existen diferentes tipos de problemas cardiovasculares, como la cardiomiopatía, la cual es un daño en el corazón que le impide bombear sangre al organismo de una forma adecuada. También está la miocarditis, otra afección que puede generar problemas cardiacos, y consiste en que el corazón puede llegar a hincharse de una forma desmedida, afectando los latidos de este órgano.
A su vez, las arritmias, que son latidos irregulares, como las enfermedades de las arterias coronarias, que consisten en el bloqueo de los vasos sanguíneos, puede generar graves consecuencias en el sistema cardiovascular.
Frutas que disminuyen seriamente el riesgo de sufrir un infarto
Uno de los pilares básicos, según la Fundación Española del Corazón, para reducir el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares, como el ataque al corazón, son el consumo de frutas, las cuales “aportan mucha agua, numerosas vitaminas, minerales y son ricas en fibra e hidratos de carbono”. Algunas de las frutas recomendadas son:
Manzana: “La manzana es rica en pectina, un tipo de fibra soluble, que actúa disminuyendo la absorción de grasas que provienen de la alimentación, como el colesterol y los triglicéridos, que son responsables por el desarrollo de enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio, aterosclerosis y derrame cerebral”, dice Tua Saúde.
Kiwi: estas frutas son ricas en luteína, un potente antioxidante. Los especialistas coinciden en que agregarla a la dieta es una buena forma de cuidar la salud cardiovascular, y, en especial, para mantener la presión arterial bajo control, asegura el portal Hola Doctor, de España.
Pera: “su contenido en procianidina ayuda a la salud del corazón, dado que, se trata de un antioxidante que disminuye la rigidez en los tejidos cardíacos. Además, disminuye los niveles de colesterol malo (LDL), el cual se pega en las arterias. También aumenta los niveles de colesterol bueno (HDL), que ayuda al cuerpo a deshacerse del colesterol malo”, afirma la plataforma Libby’s.
Fresas: “contienen polifenoles, especialmente antocianinas, componentes antioxidantes que ayudan a disminuir los niveles triglicéridos y el colesterol LDL, llamado “malo”, en la sangre, reduciendo el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como aterosclerosis, derrame cerebral e infarto de miocardio”, señaló el portal portugués de salud, nutrición y bienestar, Tua Saúde.
Sandía: “el licopeno que se encuentra en la sandía, por su acción antioxidante y antiinflamatoria, impide la oxidación del colesterol LDL “malo”, previniendo así la formación de las placas de ateroesclerosis y el desarrollo de enfermedades cardíacas, como un infarto o un accidente cerebrovascular (ACV), por ejemplo”, según la fuente citada.