El sistema inmunitario es una compleja red de células, tejidos y órganos especializados que reconocen las sustancias extrañas, principalmente los microorganismos patógenos (causantes de enfermedades), como bacterias, virus, parásitos y hongos, y defienden al cuerpo contra ellos.

Según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), los órganos y tejidos del sistema inmunitario incluyen la médula ósea, el bazo, el timo, las amígdalas, las membranas mucosas, y la piel.

Cuando alguno de los anteriores se ve afectado por alguna enfermedad, las defensas bajan y el cuerpo se ve expuesto a más afecciones que podrían empeorar la patología que se tenga actualmente o desarrollar una nueva.

Por lo anterior, Medline Plus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explicó cuales son las enfermedades que atacan directamente el sistema inmune y que, en algunos casos, pueden ser consideradas de gravedad. Estas se dividen en dos grupos:

1. Enfermedades autoinmunes: cuando se tiene este tipo de enfermedades el sistema inmunitario ataca por error las células sanas del órganos y los tejidos. Las enfermedades autoinmunes tienden a ser hereditarias y entre estas están la alopecia, la hepatitis, la diabetes tipo 1, la artritis reumatoide, entre otras.

2. Problemas del sistema inmunitario: estos ocurren cuando el sistema inmunitario no funciona correctamente, por lo que las personas tienden a enfermarse con más frecuencia. Además, estas pueden llegar a ser más graves pues duran más tiempo y son más difíciles de tratar. También se les conoce como enfermedades por inmunodeficiencia y una de las más reconocidas es el VIH, el cual, si no es tratado adecuadamente, se convierte en sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

Cuando el sistema inmunológico está debilitado, según la Clínica San Felipe, pueden aparecer algunos signos como:

  • Infecciones y/o resfríos recurrentes.
  • Alergias.
  • Enfermedades simples, que duran más de lo normal, demoran en curarse o se agravan.
  • Fiebre frecuente.
  • Ojos secos.
  • Cansancio habitual.
  • Náuseas y vómitos.
  • Diarreas.
  • Manchas en la piel.
  • Caída del cabello.

Mantener fortalecido este sistema, con las defensas altas, es clave para proteger el cuerpo de posibles virus o enfermedades y las siguientes son tres formas naturales de hacerlo.

Consumir alimentos ricos en vitaminas

Una alimentación equilibrada y balanceada es clave en el propósito de subir las defensas. Los alimentos ricos en omega-3, selenio, zinc, probióticos, vitaminas A, C y E son los más indicados para aumentar el sistema inmune, porque favorecen la producción de las células de defensa del organismo de forma más eficiente.

De acuerdo con el portal de salud Tua Saúde, algunos de estos alimentos son sardina, arroz, carne de res, naranja, almendras, zanahoria, y yogur natural.

Dormir lo suficiente

El sueño y la inmunidad están estrechamente relacionados. De hecho, no dormir bien o tener un sueño de mala calidad está vinculado a una mayor susceptibilidad a la enfermedad, asegura el portal Healthline, el cual cita un estudio realizado con 164 adultos sanos, en el que se determinó que los que dormían menos de seis horas cada noche eran más propensos a resfriarse que los que dormían más tiempo.

Realizar ejercicio moderado

Aunque el ejercicio intenso prolongado puede afectar el sistema inmune, el moderado puede fortalecerlo. Además, la actividad física regular y moderada puede reducir la inflamación y ayudar a las células inmunitarias a regenerarse regularmente. Ejemplos de ejercicio moderado incluyen caminar a paso ligero, andar en bicicleta, trotar, nadar y hacer senderismo ligero. La mayoría de las personas debe intentar hacer al menos 150 minutos de actividad por semana.