La demencia es un síndrome crónico o progresivo caracterizado por el deterioro de la función cognitiva; es decir, la capacidad que tienen las personas para procesar el pensamiento, más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento normal, según lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Es un padecimiento que afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. Las estimaciones de la OMS apuntan a que la demencia afecta a unos 50 millones de personas en el mundo y se calcula que cada año se registran alrededor 10 millones de casos nuevos.

Con frecuencia se escucha hablar de la demencia senil; sin embargo, de acuerdo con los expertos, es una afección que no necesariamente está relacionada con la vejez, aunque esta suele ser la causa principal, debido a que con el paso de los años las neuronas se van deteriorando, precisa información de la compañía de salud Sanitas, de España, en su página web.

Las personas pueden volverse más lentas comprendiendo palabras, manteniendo conversaciones, en sus movimientos o, incluso, tener pequeños despistes, pero eso no significa que todos los mayores sufran de demencia.

Cuando el padecimiento se presenta, hay una pérdida progresiva e irreversible de la memoria, el habla y el entendimiento, que afectan a la capacidad de comunicarse y de realizar tareas cotidianas. Los cambios de personalidad y comportamientos también son habituales. Estos son algunos de los principales síntomas que evidencian este síndrome, según el instituto de investigación Mayo Clinic.

  • Pérdida de la memoria, que generalmente quien la evidencia es otra persona.
  • Dificultad para comunicarse o encontrar palabras indicadas al entablar una conversación. Luego, se añaden los problemas para pronunciar palabras, terminando con una incapacidad de hablar.
  • Dificultad con las habilidades visuales y espaciales, como perderse mientras se conduce
  • Dificultad para razonar o para resolver problemas
  • Dificultad para manejar tareas complejas
  • Dificultad para planificar y organizar
  • Dificultad con la coordinación y las funciones motoras
  • Confusión y desorientación. La desorientación es algo esporádico en las primeras fases, llegando a agravarse poco a poco.
  • Las tareas cotidianas que al principio de la enfermedad no representan un problema, son cada vez más complicadas de realizar. Las personas con demencia avanzada necesitan ayuda para vestirse, calzarse, comer e ir al baño, entre otras acciones.

Fases

La demencia pasa por diferentes fases que ponen en evidencia el avance la enfermedad.

Fase inicial: En esta etapa existe un deterior cognitivo leve. La memoria a corto plazo se deteriora, la capacidad de aprendizaje se vuelve complicada y retener nueva información es difícil. Según Sanitas, aquí comienzan las primeras dificultades con el lenguaje, el paciente sufre cambios de humor y de personalidad. En cuanto a las rutinas diarias, se vuelven complicadas. En esta fase, es posible que sean los familiares o amigos los que se den cuenta de los primeros síntomas del paciente, de sus olvidos y dificultades.

Fase intermedia: El deterioro cognitivo es moderado. La memoria a largo plazo comienza a fallar, aunque normalmente no se ha perdido en su totalidad. La capacidad de lenguaje es complicada y las personas dicen frases sin sentido y pronuncian palabras erróneas.

En esta etapa ya hay mucha dificultad para aprender o recordar información nueva y para realizar rutinas básicas como bañarse, comer o vestirse. Los pacientes pueden volverse irritables, egocéntricos o sufrir apatía, depresión y aislamiento social.

En esta fase también tienen dificultades para mantener su conocimiento del espacio y lugar, es decir, es fácil que se desorienten o no reconozcan lugares habituales. Suelen sufrir trastornos de sueño y pueden volverse agresivos.

Fase avanzada: El deterioro cognitivo es grave e irreversible. Los pacientes se vuelven totalmente dependientes. No pueden realizar rutinas diarias por su cuenta y es necesario movilizarlos, alimentarlos y bañarlos. Pierden la memoria a corto y largo plazo. No reconocen a sus familiares, ni los objetos cotidianos. Como no se mueven o tienen dificultades para comer, se vuelven susceptibles de tener otros padecimientos.

Es claro que la demencia es una enfermedad progresiva que tarda en manifestarse debido a que la evolución es lenta. De acuerdo con los expertos, es un trastorno que solo se cura cuando ha sido causado por un agente externo como otra enfermedad o un fármaco. Por lo tanto, es irreversible. Según avanza, los síntomas se agravan hasta que el enfermo se vuelve totalmente dependiente y con necesidad de cuidados especiales.