Muchos de los problemas de salud que a diario enfrentan las personas pueden estar relacionados con el consumo insuficiente de agua.

La primera señal de alerta de que el organismo necesita este líquido es la sed. De hecho, esto ya puede ser el primer síntoma de una deshidratación leve.

Según la publicación especializada Medical News Today, el cuerpo humano está compuesto aproximadamente de un 75 % de agua. Sin esta no puede sobrevivir. El agua se encuentra dentro de las células y en los vasos sanguíneos.

Si bien el agua se pierde constantemente a lo largo del día al respirar, sudar, orinar y defecar, se puede reponer. El cuerpo también puede transportar el agua a las áreas donde más se necesita si comienza la deshidratación. La mayoría de los casos de deshidratación se pueden revertir de manera fácil aumentando la ingesta de líquidos, pero los casos graves sí requieren atención médica inmediata.

Expertos de las National Academies of Sciences, Engineering and Medicine apuntan que el consumo diario adecuado puede ser 3,7 litros de líquido por día para los hombres y 2,7 litros para las mujeres.

Los primeros síntomas con los que el cuerpo muestra que no tiene suficiente agua es la sed, orina más oscura y menor producción de esta última. De hecho, el color de la orina es uno de los mejores indicadores del nivel de hidratación de una persona: la orina clara significa que está bien hidratada y la más oscura, que no lo está.

Sin embargo, es crucial señalar que la deshidratación puede ocurrir sin sed, sobre todo en los adultos mayores. Por tal motivo, es importante beber más agua cuando se está enfermo o durante los días más calurosos.

Tomar agua puede ayudar a subir las defensas. | Foto: Guido Mieth

A medida que la afección avanza a una deshidratación moderada, los síntomas incluyen: boca seca, letargo, debilidad en los músculos, dolor de cabeza y mareos.

La deshidratación severa, que significa la pérdida del 10 % al 15 % del agua del cuerpo, puede caracterizarse por versiones extremas de los síntomas anteriores y presentar falta de sudoración, ojos hundidos, piel seca y arrugada, presión arterial baja, ritmo cardiaco acelerado, fiebre, delirios e inconsciencia.

Estas no son las únicas señales de falta de agua en el organismo. El cansancio excesivo es una de ellas, así como el dolor de cabeza, que se presenta porque si el cuerpo no está hidratado intenta conservar el agua que pueda, por lo que contrae los vasos sanguíneos, lo que significa una reducción en el suministro de oxígeno y la sangre al cerebro.

También es otro signo presentar problemas digestivos y dolor en las articulaciones. Esto último ocurre porque gran parte del cartílago y del disco espinal están compuestos de agua, por lo cual es común sentir dolor en las extremidades cuando se está deshidratado.

El agua produce saciedad y, cuando no se consumen las cantidades adecuadas, es común sentir una constante sensación de hambre. Los músculos también se componen principalmente de agua, así que si la persona no se hidrata, se compromete el nivel de masa muscular.

Causas

Las causas básicas de la deshidratación están asociadas a no consumir suficiente líquido; sin embargo, no son las únicas. Hay otras razones como:

Diarrea: es la causa más común de deshidratación y muertes relacionadas. El intestino grueso absorbe el agua de los alimentos y la diarrea evita que esto suceda. El cuerpo libera demasiada agua, lo que provoca deshidratación.

Vómito: genera una pérdida de líquidos y dificulta que el agua se reponga bebiéndola.

Sudor: el mecanismo de enfriamiento del cuerpo libera una cantidad significativa de agua. El clima cálido y húmedo, y la actividad física pueden aumentar aún más la pérdida de líquidos por sudoración. De manera similar, la fiebre puede provocar una mayor sudoración y deshidratar al paciente, en particular si también hay diarrea y vómitos.

Diabetes: los niveles altos de azúcar en la sangre provocan un aumento de la micción y pérdida de líquidos.

Micción frecuente: por lo general, causada por diabetes no controlada; también puede deberse al consumo de alcohol y medicamentos diuréticos, antihistamínicos, para la presión arterial y antipsicóticos.

De acuerdo con el portal especializado Healthline, hay varios trucos que pueden ayudar a mantenerse hidratado.

Llevar su propia botella de agua al trabajo, al gimnasio o cuando sale a la calle es un recordatorio constante.

Otra forma es usar las aplicaciones y alarmas para recordarlo. Esta es una forma fácil de mantener consumo diario, especialmente si la persona trabaja para desarrollar el hábito.

En ciertos momentos específicos durante el día se recomienda verificar los indicadores de hidratación. Es posible que esperar hasta el final del día para evaluar el consumo de líquido no dé tiempo suficiente para corregir un desequilibrio en el nivel de agua.

Consumir frutas y verduras con alto contenido de agua también ayuda. Hasta el 20 % del consumo diario de agua podría provenir de los alimentos que la persona consume, así que incluir frutas y verduras con alto contenido de agua podría ayudar a mantener el cuerpo hidratado.

Para evitar ir al baño durante la noche es importante asegurarse de haber alcanzado los objetivos de consumo de agua antes de que sea la hora de ir a la cama.