El herpes en el ojo u ocular es una infección que afecta a muchas personas en algún momento de la vida y es causado por el virus del herpes simple tipo 1, del cual la mayoría de la población es portadora, solo que en algunos casos se desarrolla y en otros no.

Información de la Clínica Baviera, de España, indica que se calcula que el 90 % de la población tendrá contacto con este virus en algún momento de su vida.

Según los expertos, este virus, que se suele contagiar por contacto físico o a través de la saliva, se ubica alrededor de las zonas nerviosas del ojo y suele aparecer cuando el sistema inmunológico del paciente está debilitado por causas como el estrés, la falta de sueño, la menstruación, la fiebre, la exposición excesiva a la luz ultravioleta o algunas enfermedades.

En muchas ocasiones el herpes ocular se confunde con conjuntivitis. | Foto: bukharova

La mencionada institución asegura que son diversas las señales que advierten el desarrollo de esta afección y entre ellas están las siguientes:

  • Sarpullido o inflamación en los párpados.
  • Picor y enrojecimiento del ojo afectado.
  • Los pacientes suelen describir sensación de un cuerpo extraño.
  • Lagrimeo ocular.
  • Dolor ardiente alrededor de los ojos que suele ser continuo y palpitante.
  • Molestias con la luz
  • Visión borrosa o reducción de la visión si el herpes afecta a la retina.

El portal Oftalvist de España, asegura que si no se trata, la enfermedad avanza manifestándose en forma de úlceras corneales. “En fases más avanzadas, el virus del herpes puede dañar severamente la córnea provocando incluso su perforación. Generalmente solo afecta a un ojo”, precisa.

Cuando esto ocurre se llama queratitis, afección que además de los otros síntomas, es posible que se acompañe de dificultad para abrir los ojos debido al dolor e irritación, y la formación de pequeñas ampollas o úlceras en la córnea.

Por ese motivo, es importante consultar al oftalmólogo ante la presencia de síntomas, con la idea de que éste confirme el diagnóstico e inicie el tratamiento más adecuado, que puede incluir el uso de colirios antivirales o corticoides, por ejemplo, precisa Oftalvist.

¿Cómo se diagnostica?

Los especialistas aseguran que el diagnóstico de los herpes oculares únicamente lo puede realizar el oftalmólogo tras la valoración de los síntomas. Esto debido a que este virus tanto en su primera infección como en otras posteriores, puede confundirse fácilmente con una conjuntivitis común.

El especialista es el que puede determinar con un examen si la persona padece herpes ocular. | Foto: franckreporter/Getty Images

Un examen ocular en profundidad en la consulta y la revisión del historial clínico de paciente es lo que permitirá afirmar o descartar el diagnóstico de un herpes oftálmico. Por ello la recomendación es evitar autodiagnosticarse, pues se trata de patologías que requieren un tratamiento específico que solo un profesional médico puede prescribir.

Los expertos aseguran que normalmente los síntomas de este herpes desaparecen a los pocos días sin que ocasionen problemas ni ningún tipo de secuela. “Eso sí, como ocurre con el herpes en los labios, suele ser un problema cíclico, es decir, las personas que lo sufren por primera vez casi siempre tienen más episodios recurrentes a lo largo de su vida”, asegura la Clínica Baviera, en su página web.

No obstante, en un mínimo número de casos, deriva en infecciones que, de no ser tratadas a tiempo, pueden causar cicatrices e incluso ocasionar una pérdida de visión parcial o completa.

Es importante saber que cualquier persona, incluidos los recién nacidos, está expuesta a sufrir herpes oculares y para ello lo único que hace falta es que el virus se multiplique en la zona visual (o sus alrededores) para que la enfermedad como tal se desarrolle.