Las articulaciones son el punto en donde se unen dos o más huesos. Los hombros, codos, caderas, rodillas y nudillos son articulaciones.
Sin embargo, estos puntos son más que huesos. Incluyen los tejidos blandos que los rodean, como cartílagos, tendones y ligamentos, por ejemplo, según explica la biblioteca médica Medline Plus.
“El cartílago es el tejido flexible, duro y resbaladizo que cubre los extremos de los huesos en una articulación. Los tendones son bandas resistentes y flexibles que conectan los músculos con los huesos para que pueda mover las articulaciones. Los ligamentos conectan los huesos de la articulación entre sí para mantenerlos estables cuando se mueve”, precisa.
A pesar de su importancia, las articulaciones son una de las partes del cuerpo más castigadas. Su salud depende, en gran medida, de los hábitos alimenticios y del estilo de vida que las personas lleven. Por ello existen factores que pueden afectar negativamente, como la obesidad, la práctica intensa de deporte y hasta la edad.
De igual forma, muchas enfermedades pueden afectarlas causando dolor y provocando rigidez, enrojecimiento e hinchazón. La mayoría de ellas son crónicas, es decir, duran mucho tiempo y es posible que algunas nunca desaparezcan por completo.
En este listado está la artritis, que puede causar dolor e hinchazón, pero que con el tiempo también puede ocasionar graves daños en las articulaciones, indica el instituto de investigaciones clínicas Mayo Clinic.
Esta enfermedad puede afectar a personas de todas las edades. Una lesión en la articulación cuando se es joven puede causar osteoartritis más adelante en la vida, precisa Medline Plus.
El lupus es otro padecimiento que puede ocasionar molestias. Esta enfermedad autoinmune afecta a muchas partes del cuerpo y puede causar dolor articular y muscular. Algunos tipos de lupus suelen causar artritis.
Por último, el síndrome de Sjögren afecta las glándulas que producen humedad en muchas partes del cuerpo. Los síntomas principales son sequedad en los ojos y la boca, pero con frecuencia también causa dolor en las articulaciones.
Cuidado con la alimentación
Una de las mejores formas de cuidar la salud de las articulaciones es con la alimentación indicada. Lo ideal es seguir una dieta equilibrada en proteínas, vitaminas y minerales, teniendo en cuenta aquellos alimentos que favorecen la nutrición del hueso y del tejido articular.
Los especialistas recomiendan consumir con moderación aquellos alimentos que pueden favorecer la inflamación y dolor articular en aquellas personas que sufren artrosis u otras enfermedades osteoarticulares como el pimiento, la berenjena o el tomate. De igual forma, los alimentos de origen sintético, precocinados y procesados se deben evitar.
Lo mejor es ingerir alimentos sin procesar, crudos y orgánicos, y preferiblemente cocidos al vapor, pues esto mejora la integridad de los nutrientes, mientras que de otras formas se destruyen las enzimas de los alimentos.
Los expertos indican que para cuidar las articulaciones se deben consumir algunas vitaminas y minerales que son clave para fortalecerlas. Por ejemplo, la vitamina C cumple un papel clave al estimular la producción de colágeno.
De igual forma, la vitamina D es fundamental en el fortalecimiento de los huesos y la vitamina E, que mejora la protección del cartílago.
En cuanto a minerales, el calcio y el fósforo intervienen en la formación, desarrollo y mantenimiento de huesos y articulaciones; el magnesio es uno de los principales componentes de la estructura ósea; el silicio participa en la síntesis de la elastina y del colágeno, y estimula la formación y mineralización ósea, mientras que el azufre se encuentra en el colágeno, responsable de formar tendones, cartílagos y ligamentos.
Algunos de los alimentos recomendados para las articulaciones son frutos secos y semillas, legumbres, cereales integrales, verduras, proteína animal y hortalizas.
¿Cómo hacerles frente a las afecciones articulares?
Cuando se presentan afecciones en las articulaciones, una de las mejores formas de tratarla es con el ejercicio, aunque la actividad física no debe implicar forzarlas. “Algunos ejemplos incluyen caminar, andar en bicicleta y nadar. Hacer actividad física también puede retrasar el comienzo de la discapacidad relacionada con la artritis y ayudar a las personas con artritis a manejar otras afecciones crónicas como la diabetes, la enfermedad cardíaca o la obesidad”, señalan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Para las personas que tienen artritis, una de las principales causas de las molestias articulares, realizar ejercicio puede generar preocupación porque se puedan presentar posibles lesiones. Para evitar esto y hacerlo de forma segura, los CDC brindan varias recomendaciones:
- Comenzar con poca actividad física y aumentar poco a poco.
- Cambiar la actividad cuando los síntomas de la artritis se incrementen.
- Realizar ejercicios que no lleven a esforzar las articulaciones.
- Hacer ejercicio en lugares seguros.
- En caso de tener dudas, consultar a un doctor para conocer a profundidad cómo se puede realizar actividad física teniendo esta condición.