El sentido del tacto es vital para el desarrollo de la vida humana, aunque se puede vivir si él, no deja de ser importante. Así, las manos le permiten al ser humano interactuar con los objetos, pero en algunos de estos encuentros se pueden intercambiar diferentes microorganismos que afectan el bienestar e higiene de los individuos.
Por lo tanto, cada 15 de octubre se celebra el Día Mundial del Lavado de Manos, con el objetivo de reiterar la importancia de esta práctica para reducir el riesgo de infecciones y preservar la salud de las personas.
Durante la pandemia por el Covid-19 se resaltó la necesidad del lavado de manos; sumado a esto, las personas requieren de acciones adicionales que expliquen la frecuencia, la manera y el momento adecuado para realizar esta práctica.
En ese sentido, se requiere de una serie de acciones orientadas a enseñar, educar, recordar y retroalimentar sobre la forma apropiada de lavar las manos y cómo esta práctica puede generar un cambio cultural significativo para la sociedad.
Además de representar un hábito de buena higiene, el lavado adecuado de manos previene enfermedades. A través de la higiene de manos se puede prevenir la diarrea, una de las principales causas de muerte en menores de cinco años.
Según los Centros para el control y la prevención de enfermedades, existen estudios que demuestran que el adecuado lavado de manos elimina los patógenos maliciosos, reduciendo en un 30 % los episodios de diarrea en las guarderías de todos los países, sin importar la condición socioeconómica de este, así lo reveló una investigación titulada Efecto de la higiene de manos sobre el riesgo de enfermedades infecciosas en el ámbito comunitario: un metanálisis, publicada en la Revista americana de salud pública.
De igual manera, agregan que hacerlo “reduce las enfermedades respiratorias como los resfriados en la población general en un 16-21 %”, conforme lo registró la Trop Med Int Health.
Por su parte, el doctor Wilmer Marquiño, asesor de Control de Enfermedades y Análisis en Salud de la OPS/OMS Colombia, afirmó que “el personal de salud debe lavarse las manos antes y después de tocar al paciente, antes de realizar una tarea aséptica y cuando está expuesto a líquidos corporales, para disminuir las infecciones intrahospitalarias”, lo que deja ver cuán importante es esta práctica.
“El lavado de manos es la acción más económica y eficiente para prevenir distintas enfermedades, desde las infecciones respiratorias hasta enfermedades diarreicas. Desafortunadamente, a pesar de su practicidad, la higiene de manos es pobremente practicada. Así que el resto está en la implementación de diferentes acciones que generen un cambio de comportamiento significativo alrededor del lavado adecuado de manos”, afirmó Felipe Gómez, director de Familia.
De igual forma, es necesario conocer las implicaciones de un buen lavado de manos, entendiendo los beneficios de ciertos microorganismos, como el microbiota, que protege de indeseadas infecciones. Por lo tanto, hay consideraciones que las personas deben conocer para que el lavado de manos sea eficiente y óptimo. Algunas de ellas son:
El propósito del lavado de manos no es eliminar todas las bacterias: en las manos hay dos tipos de bacterias: la flora cutánea normal que vive sobre la piel y es importante para la salud y, por su parte, la flora transitoria, la cual es adherida al estar en contacto con otras superficies. Por lo tanto, el objetivo del lavado de manos está en eliminar solo la segunda, que suele ser la responsable de las infecciones.
No es la cantidad de veces que se lavan las manos, sino el momento adecuado: aunque es una estrategia eficiente para mejorar la salud, no existen pruebas concluyentes que indiquen la frecuencia ideal para el lavado de manos como método de prevención de enfermedades. Así que es más apropiado identificar los momentos donde puede existir una cadena de infección (al momento de usar el baño, después de estar en transporte público, antes y después del contacto con una persona enferma) y en estos realizar el lavado de manos.
El secado de manos tiene un rol especial: un ambiente húmedo favorece el crecimiento y reproducción de las bacterias. Por lo tanto, a través del secado de manos se evita esto, garantizando la eliminación de todos los residuos desprendidos en el lavado de manos y reduciendo la transferencia de bacterias desde y hacia la piel.
Los desinfectantes no sustituyen el lavado de manos: los desinfectantes son un complemento adecuado para la higiene de manos, pero no sustituyen el lavado con agua, jabón y su secado, el procedimiento más fiable y eficaz al momento de eliminar las bacterias de las manos.