Los champiñones son una de las setas más populares y comercializadas en diferentes países del mundo. Existen numerosas especies y todas le ofrecen beneficios al organismo, gracias a que son bajos en calorías y grasas; pero ricos en vitaminas y minerales.
Información del portal Cuerpo Mente indica que una de las mayores fortalezas de estos alimentos son las vitaminas del grupo B, especialmente la B2, B3, B1 y ácido fólico, que cubren el 45 %, el 42 %, el 15 % y el 18 % de las necesidades diarias recomendadas, respectivamente, con el consumo de 100 gramos. Estos son nutrientes esenciales para aumentar las defensas del organismo.
También son una importante fuente de potasio, mineral que ayuda a mejorar la retención de líquidos; tienen un buen aporte en fósforo (27 %) que favorece la actividad intelectual, así como de hierro, cobre y selenio, con 18 % cada uno.
Específicamente, en el caso del selenio se trata de un mineral con propiedades antioxidantes que mantiene la elasticidad de la piel, refuerza el sistema inmunitario y contrarresta la toxicidad de los metales pesados que se encuentran en el ambiente como consecuencia de la contaminación, precisa una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Okairy Zuñiga.
Fortalece las defensas
De acuerdo con Cuerpo Mente, el champiñón actúa como potenciador del sistema inmune, gracias a sus betaglucanos (uno de los compuestos que forman su fibra, junto con la quitina). “De hecho, guarda grandes similitudes con las setas chinas consideradas curativas, como el shiitake, empleado desde la antigüedad por su capacidad de regeneración celular”, precisa la citada fuente.
Algunos análisis han encontrado que este tipo de hongos aumentan la producción de interferón, que se utiliza para la prevención de enfermedades como el sida por sus valiosas propiedades antivíricas.
De igual forma, este alimento es rico en cobre, un mineral que ayuda a producir glóbulos rojos en el cuerpo y fortalece el sistema inmunológico. La biblioteca médica Medline Plus indica que este mineral es un oligoelemento esencial que está presente en todos los tejidos del cuerpo. Se necesita una pequeña cantidad para que el organismo funcione, pero éste no lo produce por lo que debe obtenerse de la comida.
La citada fuente indica que el cobre trabaja con el hierro para ayudarle al cuerpo en la formación de los glóbulos rojos. También ayuda a mantener saludables los vasos sanguíneos, los nervios, el sistema inmune y los huesos. Es un mineral que ayuda a la absorción del hierro.
Además de los champiñones, las ostras y otros mariscos, los granos enteros, las legumbres, las nueces y las vísceras (riñones, hígado) son buenas fuentes de cobre en la dieta, al igual que las verduras de hoja oscura, las frutas deshidratadas como ciruelas, el cacao, la pimienta negra y la levadura.
De otra parte, los champiñones también ayudan a cuidar la salud cardiovascular al ser ricos en potasio y sodio, pues estos minerales aportan para controlar la presión arterial y fortalecer el corazón.
Generan saciedad
Otro beneficio de su consumo es que aportan una buena cantidad de fibra y, por tanto, ayudan a saciar el apetito. Así lo evidencia un estudio publicado en European Journal of Clinical Nutrition, citado por Mejor con Salud.
Una buena alternativa para potenciar este efecto son las ensaladas. Una de las recomendaciones es mezclar los champiñones con vegetales verdes y granos integrales.
Así mismo, se dice que los champiñones son una buena fuente de aminoácidos esenciales como alanina, ácido glutámico y glutamina, los cuales alimentan a los tejidos de la masa muscular, fortaleciendo los músculos, según información del portal Cocina Vital, de México.