Las enfermedades más diagnósticas en el siglo XXI son la diabetes, el colesterol y los triglicéridos elevados, que si no se controlan con medicamentos y mejoras en el estilo de vida, pueden desencadenar serias complicaciones de salud.
Cuando una persona padece de diabetes quiere decir que sus niveles de glucosa (azúcar) en la sangre se encuentran elevados. La glucosa la obtiene el cuerpo a través de los alimentos que se consumen a diario, según explica el portal de la biblioteca de salud y medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus.
“La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las células para suministrarles energía. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. En la diabetes tipo 2, la más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada. Sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre”.
Por otra parte, el colesterol, según explica el mismo portal, es una sustancia cerosa necesaria en cantidades adecuadas para formar hormonas, vitamina D y células; sin embargo, cuando se consumen alimentos ricos en grasas saturadas y trans, los niveles de este componente se elevan localizándose en las paredes de las arterias, estos a largo plazo impediría la libre circulación de la sangre lo que podría detonar en un infarto. Cabe mencionar que las cantidades adecuadas de colesterol que necesita el organismo son producidas por el mismo cuerpo.
Aunque se tiende a creer que el colesterol y los triglicéridos son lo mismo, MedlinePlus menciona y explica las diferencias: los triglicéridos son un tipo de grasa presente en la sangre que proviene de algunos alimentos que se consumen con frecuencia en la mayoría de los hogares, tales como mantequilla, aceites y otros tipos de grasas.
Cuando se ingieren este tipo de productos, el organismo no hace uso de ellos de manera inmediata, sino que los acumula y los pone a funcionar en el momento en el que el cuerpo necesita energía; por eso, es importante consumir alimentos que aporten grasas saludables para que el organismo tenga la energía que necesita sin alterar o perjudicar su salud.
Beneficios de la clorofila
Hoy en día, es común, hacer uso de productos naturales para prevenir y mejorar las condiciones de los pacientes que ya han sido diagnosticados con dichas afecciones; sin embargo, antes de consumirlos se recomienda contar con la aprobación de un profesional de la salud.
El portal de cocina, salud y cuidado personal, Cocina Fácil, menciona los beneficios de la clorofila. El medio indica que este compuesto está presente en algunas plantas, algas y bacterias; esta se encarga de darle el color verde a determinados vegetales.
Para poder consumir este compuesto y que el cuerpo se apropie de sus beneficios hay que consumir vegetales verdes, entre más verdes sean, más cantidad de clorofila va a tener. Estos son algunos de las opciones de verduras y hortalizas que se pueden involucrar en el plan de alimentación: la espinaca, la lechuga, la acelga, los berros, la col rizada, el perejil, el cilantro, los espárragos, los pimientos, el apio, entre otros. Estos son algunos de los beneficios del consumo de la clorofila. Cabe mencionar que este compuesto no solo se puede obtener por medio de la ingesta de los alimentos que la contienen, sino de los diversos suplementos que hay en el mercado.
- Ayuda con la oxigenación de la sangre y aumenta su producción
- Reduce el colesterol y los triglicéridos.
- Aumenta el rendimiento deportivo.
- Desintoxica el cuerpo.
- Regula los niveles de glucosa en sangre.
- Refuerza la memoria.
- Mantiene en óptimas condiciones los órganos que hacen parte del sistema digestivo, por ende protege el colon, el hígado, el estómago y la vesícula.
- Fortalece el músculo cardíaco, mejora la circulación, baja la presión arterial, por ende, disminuye el riesgo de accidente cardiovascular.
- Elimina la caspa frotando, este compuesto en polvo sobre el cuero cabelludo.