Como tal, una buena salud visual es esencial para aprender, trabajar, movilizarse y desarrollarse socialmente, pues la vista aporta el 80% de la información que se recibe a diario. Es por ello que se debe gestionar correctamente y cuidarla en función de la edad para prevenir enfermedades oculares.
De acuerdo con National Eye Institute, los problemas de vista más comunes son los errores de refracción, las cataratas, trastornos del nervio óptico, enfermedades en la retina, degeneración macular y conjuntivitis. Todas estas afecciones pueden generar picazón en los ojos, dolor ocular, manchas blancas en las pupilas, arenosidad en el ojo, entre otros síntomas.
Para tratar estas enfermedades y, a la vez, prevenirlas, es importante asistir al oftalmólogo para un chequeo y un diagnóstico adecuados. Del mismo modo, es fundamental tener hábitos saludables como una buena alimentación, practicar ejercicio y proteger los ojos con gafas de sol.
En cuanto a la alimentación, el portal web Cocina Vital ha señalado que el tomate verde, también conocido como tomatillo, contribuye a una buena salud visual, porque al ser rico en antioxidantes, betacarotenos y vitaminas, mejora los problemas visuales y previene enfermedades como las mencionadas.
Así mismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado este fruto para su consumo, dado que contiene grandes cantidades de vitamina A, un nutriente que no solo cumple con proteger la vista, sino que permite la formación de huesos, el buen funcionamiento del aparato reproductivo, el sistema inmune y el cuidado de la piel.
Específicamente, esta hortaliza protege los ojos del desgaste progresivo de la visión y aumenta la inmunidad del ojo ante virus y bacterias, lo cual quiere decir que previene infecciones oculares de gran complejidad.
Adicional a ello, el tomate verde proporciona luteína y zeaxantina que, según el Departamento de Agricultura y Consumo de Carolina del Norte (Estados Unidos), son componentes que protegen la mácula (tejido sensible a la luz situado en el fondo del ojo) y el cristalino (estructura transparente al interior del ojo, encargado del enfoque) de la acción oxidante de la luz, pues reducen el daño de los ojos provocado por la luz azul.
Cabe mencionar que el tomate verde es originario de México; la Comisión Nacional para el Conocimiento y el Uso de la Biodiversidad ha señalado que este fruto ha sido uno de los más utilizados en la medicina tradicional para aliviar la fiebre, tos y la amigdalitis.
Así mismo, sus hojas son empleadas como remedio para desórdenes gastrointestinales y la membrana o cáscara que cubre el fruto, es decir, la llamada cáliz, se usa en infusión para problemas como la diabetes o bajar los niveles de presión sanguínea.
¿Cómo consumir el tomate verde?
Según la Fundación Diet-Health, el tomatillo se puede aprovechar todo, excepto el cáliz y la parte del tallo más cercana al fruto. Aunque los tomatillos suelen cocerse o hacerse a la parrilla y después mezclarse con otras verduras, también se pueden comer crudos.
A su vez, es un alimento muy versátil y se puede recurrir a él en guisos, sopas, ensaladas, curris, mermeladas y postres.
En la cocina de América Latina, los tomatillos verdes se utilizan para enriquecer el sabor y el aspecto de salsas y verduras salteadas. En la cocina mexicana, los tomatillos se preparan a menudo con chiles, ya que ambos ingredientes no solo se complementan, sino que dicha combinación reduce la pungencia del chile.