El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional y puede provenir de cualquier situación o pensamiento que haga sentir a una persona frustrada, furiosa o nerviosa, de acuerdo con Medline Plus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Asimismo, el portal señala que hay dos tipos principales de estrés:
- Estrés agudo: este es estrés a corto plazo que desaparece rápidamente. Puede sentirse cuando se pelea con la pareja o con un amigo. También ocurre cuando se realiza una actividad nueva o emocionante. Todas las personas sienten estrés agudo en algún momento.
- Estrés crónico: este es el estrés que dura un periodo prolongado. Se puede tener estrés crónico si se tienen problemas de dinero, un matrimonio infeliz o problemas en el trabajo. Cualquier tipo de estrés que continúa por semanas o meses es crónico. Puede acostumbrarse tanto al estrés crónico que las personas no se dan cuenta de que es un problema. Si no se encuentran maneras de controlar el estrés, este podría causar problemas de salud.
De hecho, cuando una persona tiene estrés crónico, el cuerpo se mantiene alerta incluso cuando no hay peligro y con el tiempo esto pone en riesgo la salud, incluyendo problemas como: presión arterial alta, insuficiencia cardiaca, diabetes, obesidad, depresión o ansiedad, problemas de la piel (acné o eczemas) o desórdenes menstruales.
Además, los altos niveles de estrés pueden generar pérdida de cabello y calvicie; según la biblioteca, puede causar la caída de la mitad hasta tres cuartos del cabello en el cuero cabelludo.
Sobre la misma línea, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que hay tres tipos de caída del pelo que pueden asociarse a niveles elevados de estrés:
- Efluvio telógeno. Un estrés importante provoca que bastantes folículos pilosos pasen a una fase de reposo. En unos meses, los pelos afectados pueden caerse repentinamente con solo peinarse o lavarse el pelo.
- Tricotilomanía. Es una necesidad irresistible y recurrente de arrancarse el cabello del cuero cabelludo, de las cejas o de otras zonas del cuerpo, aunque se intente detener. Jalarse el pelo puede ser una forma de afrontar sentimientos negativos o incómodos, como el estrés, la tensión, la soledad, el aburrimiento o la frustración.
- Alopecia areata. Se cree que hay una serie de factores que la causan, como el estrés grave. En la alopecia areata, el sistema inmunitario del organismo ataca los folículos pilosos, lo que provoca la caída del cabello.
Hay que señalar que las personas suelen perder de 50 a 100 hebras de cabello al día y, normalmente, esto no se nota porque crece cabello nuevo al tiempo. Por ello, la pérdida del cabello ocurre cuando el nuevo no reemplaza al que se ha caído.
Por tal razón, el portal Healthline enumeró varios métodos para controlar el estrés y la ansiedad de forma natural:
1. Realizar ejercicio: la actividad física puede ayudar a aumentar la producción de los neurotransmisores del cerebro que hacen sentir bien, denominados endorfinas.
2. Compartir tiempo con los familiares y amigos: el contacto social es un buen calmante para el estrés, porque puede ofrecer distracción, brindar apoyo y ayudar a tolerar los altibajos de la vida.
3. Reír más: un buen sentido del humor no puede curar todas las dolencias, pero sí ayudar a que las personas se sientan mejor. Incluso si se tiene que forzar una risa a través del mal humor, de acuerdo con Mayo Clinic.
4. Meditar: la meditación puede transmitir una sensación de calma, paz y equilibrio que puede beneficiar tanto el bienestar emocional como la salud general.
5. Dormir lo suficiente: el sueño es el momento en que el cerebro y el cuerpo se recargan.
6. Buscar asesoramiento: los asesores profesionales o terapeutas pueden ayudar a identificar las fuentes de estrés y ansiedad y, por ende, se aprenden nuevos medios para afrontar situaciones difíciles.