El café es una bebida que muchas personas consumen durante el día porque les ayuda a aumentar su energía y a mantenerse despiertos para hacer las actividades necesarias. Muchos prefieren tomarlo con azúcar, pero otros ven más viable consumirlo sin ella, debido a las condiciones físicas que presenta o por simple gusto.
De hecho, para las personas que prefieren tomar café sin azúcar aseguran que esto es un claro significado de saborear y disfrutar mucho mejor el sabor del grano del café. Con ello, diversas investigaciones han demostrado que tomar esta bebida sin azúcar podría traer beneficios.
Sin embargo, Nuno Sousa, profesor de la Universidad de Minho en Portugal, explica que el café despeja la mente y quita el sueño; además, activa la dopamina y actúa sobre la circunvolución del cíngulo anterior. Pero no se sabe si tiene efectos en el rendimiento cognitivo, como mejorar la memoria ejecutiva, la atención y la concentración.
Aunque, según Sousa, en un principio pensaba que era efecto de la cafeína, pues es una molécula que bloquea la acción de la adenosina, un neuromodulador que inhibe el sistema nervioso central y el sistema vascular.
En un estudio que hicieron se dieron cuenta que todos los efectos no vienen de la cafeína, pues a través de pruebas de neuroimagen pudieron demostrar que la cafeína es capaz de activar el cerebro para estar más alerta, pero no el trabajo de la memoria, el control cognitivo y el comportamiento orientado a objetivos.
De acuerdo con la investigación, esta actividad la hace el placebo, ya que es una idea que fisiológicamente el café puede hacer mucho menos de los que se cree porque todas aquellas funciones las hace el resto del cuerpo.
“Existe la expectativa común de que el café aumenta el estado de alerta y el funcionamiento psicomotor”, explica Sousa. Sin embargo, se llega a la conclusión de que sí hay ciertos beneficios impulsados a los factores como el olor y el sabor particular de la bebida, pero todo puede ser una expectativa psicológica del consumo de este.
Por último, el profesor detalla que el café tiene un importante componente placebo y dice “hay explicaciones distintas a esta, desde el alivio de los síntomas de abstinencia a las diferencias individuales en el metabolismo de la cafeína y, como ellos mismos reconocen, necesitan una nueva batería de experimentos antes de darlo por probado”.
El mejor momento para tomar café
En lo que se refiere al café de la mañana, la recomendación general es tomar primero un buen desayuno y posteriormente tomar el café. “Podríamos mejorar desayunando primero y luego bebiendo café más tarde, si sentimos que todavía lo necesitamos”, aclara James Betts, investigador y codirector del Centro de Nutrición, Ejercicio y Metabolismo de la Universidad de Bath, según declaraciones recogidas por menshealth.
El tiempo que habría que esperar entre el consumo del desayuno y el café es un factor que depende de la velocidad del metabolismo en cada individuo.
De acuerdo con el portalcafege, la hora ideal para tomar el café también depende de los niveles de cortisol, también llamada hormona del estrés.
La recomendación, de acuerdo con este portal de expertos en café, es tomarlo cuando los niveles de cortisol en el cuerpo sean bajos, en otras palabras, entre dos y tres horas después de haber despertado; de esta manera, los efectos de la cafeína no serán tan fuertes, como lo son recién despertamos.
Algunas personas, por sus propiedades estimulantes, lo consumen siempre a la primera hora del día o a lo largo de todo el día, para recibir una reactivación durante la jornada, sin importar la hora.
Igualmente, después de las 5:00 de la tarde se desaconseja el consumo del producto por los efectos estimulantes.
El consumo de café no es que directamente aporte energía, de acuerdo con portalcafege, sino que inhibe las señales de cansancio del cuerpo.