Las frutas son alimentos que deberían estar presentes en la dieta regular de las personas. Su consumo diario tiene numerosos beneficios para el organismo. Además, su variedad puede hacer que la alimentación no se vuelva monótona.

Estas pueden hacer parte del desayuno o consumirse a lo largo de la mañana, si usted no tiene restricciones con las frutas, lo ideal es que estén presentes en el día a día. Estas le aportan al organismo para su buen funcionamiento y la prevención de enfermedades.

Sin embargo, se debe ser consiente de su conservación. Lo ideal es consumirlas lo más pronto posible para evitar que se contaminen o se dañen. Algunas personas las guardan en el refrigerador, pero esto depende de cada fruta.

Diversos estudios han revelado que algunas se conservan mejor afuera de la nevera y otras adentro. Por ejemplo, una investigación de la UCAM reveló que los melocotones pierden hasta más del 30 por ciento de sus vitaminas después de estar refrigerados por 5 días.

En el caso de las manzanas, estás duran hasta cuatro semanas en la nevera cerradas, pero abiertas pueden oxidarse y perder beneficios. Sin embargo, afuera de la nevera aguantan poco más de 4 días. Por estas razones, se recomienda consumirlas lo más pronto posible para que no se dañen y no pierdan sus propiedades.

alimentos en la nevera | Foto: GettyImages

La fruta que ayuda a prevenir el cáncer y las enfermedades cardiovasculares

La cereza es famosa por su brillante color rojo y su dulce sabor, pero más allá de esto, esta fruta tiene propiedades que ayudan a prevenir enfermedades como el cáncer o las que están relacionadas con el corazón. La cereza es famosa por su brillante color rojo y su dulce sabor, pero más allá de esto, la fruta tiene propiedades que ayudan a prevenir enfermedades como el cáncer o las que están relacionadas con el corazón.

De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, esta enfermedad se define como: “El cáncer es una enfermedad por la que algunas células del cuerpo se multiplican sin control y se diseminan a otras partes del cuerpo”.

“Es posible que el cáncer comience en cualquier parte del cuerpo humano, formado por billones de células. En condiciones normales, las células humanas se forman y se multiplican (mediante un proceso que se llama división celular) para formar células nuevas a medida que el cuerpo las necesita. Cuando las células envejecen o se dañan, mueren y las células nuevas las reemplazan”, continúa.

A woman breakfasts a fruit salad high in vitamins and fiber. | Foto: Getty images

Dicho portal también expone lo siguiente: “A veces el proceso no sigue este orden y las células anormales o células dañadas se forman y se multiplican cuando no deberían. Estas células tal vez formen tumores, que son bultos de tejido. Los tumores son cancerosos (malignos) o no cancerosos (benignos)”.

Por su lado, el portal web Medline Plus, especializado en salud, las enfermedades cardiovasculares son “un término amplio para problemas con el corazón y los vasos sanguíneos. Estos problemas a menudo se deben a la aterosclerosis. Esta afección ocurre cuando la grasa y el colesterol se acumulan en las paredes del vaso sanguíneo (arteria). Esta acumulación se llama placa”.

Jugo de cereza. | Foto: Getty Images

Ante estas afecciones, aparece la cereza como una fruta que pueda ayudar a prevenirlas, sin embargo, si usted padece alguna de estas enfermedades o sospecha que las tiene debe acudir a un especialista lo antes posible para un diagnostico y tratamiento específico.

Un estudio reveló que las cerezas pueden prevenir el cáncer, en el caso de la investigación, de mama. “Las cerezas dulces oscuras (DSC, por sus siglas en inglés) son una rica fuente de compuestos fenólicos conocidos por ejercer actividades anticancerígenas y antiinvasivas. Este estudio dilucidó los mecanismos moleculares subyacentes a la actividad de los fenoles de DSC contra las células de cáncer de mama”.

Respecto a la salud de corazón, las investigaciones han mostrado que las cerezas tienen un alto contenido de potasio y al ser antiinflamatorias pueden reducir los riesgos de padecer una enfermedad cardiaca.