La diabetes es una enfermedad considerada por los especialistas como una afección crónica e irreversible del metabolismo de larga duración, debido al exceso de azúcar o glucosa en la sangre y en la orina.
Obedece específicamente a la disminución de la secreción de la hormona insulina o a una deficiencia de su acción, por lo que el cuerpo, en vez de convertir los alimentos en energía, se convierten en azúcar que van por el torrente sanguíneo, que podría llevar a problemas de salud graves, como enfermedad del corazón, pérdida de la visión y enfermedad de los riñones.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) señaló que aunque “no existe una cura para la diabetes, pero perder peso, comer alimentos saludables y estar activo, realmente puede ayudar”.
Igualmente, indicó, que previa consulta con un médico para el control de esta enfermedad se debe tomar el medicamento según lo prescrito, tener educación y apoyo para su tratamiento y asistir a las citas de atención médica.
Los expertos han advertido que un cambio en la dieta y realizar alguna actividad física pueden contribuir al proceso médico, como quiera que se busca reducir el consumo de productos que pueden aumentar el azúcar en la sangre y ayudar a reducir el peso corporal.
En relación con este último punto, una persona que tiene sobrepeso u obesidad necesita producir más insulina para llevar la glucosa a las células que forman su tejido adiposo y el páncreas tiene que producir más insulina para mantener la glucosa en sangre dentro de los niveles normales, por lo que se recomienza aumentar la actividad física.
Es importante tener en cuenta que en los casos de diabetes tipo 2, las personas pueden verse afectadas con la reducción del flujo sanguíneo en las piernas y los pies, lo que puede provocar infecciones, úlceras que no cicatrizan y una posible amputación, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y enfermedades oculares que pueden provocar ceguera.
Así mismo, puede derivar en un control más deficiente de la glucosa en la sangre, daño en los nervios, enfermedad renal e incluso, muerte prematura.
Para evitar situaciones como las anteriores, los médicos recomiendan, además del ejercicio y una dieta saludable, un compromiso real para controlar la diabetes (medir permanentemente la glucosa en la sangre, tomar los medicamentos de acuerdo con la prescripción médica).
También es importante, no fumar, mantener la presión arterial y el colesterol bajo control, programar regularmente exámenes físicos y de la vista, cuidar los dientes, mantener control del estrés, si bebé, hacerlo con moderación, considerar tomar una aspirina diaria y mantener las vacunas al día.
¿Se puede consumir naranja?
Como mencionamos anteriormente, una de las principales recomendaciones es consumir productos bajos en azúcar y tener una dieta estricta que evite el aumento de la glucosa en la sangre.
Una fruta sobre la que existe el temor de consumo en las personas que tienen diabetes es la naranja. Los especialistas han señalado que sí es posible, pero hay que tener en cuenta del resto de la cantidad de ingesta de azúcares presentes en la dieta.
Por eso, antes de hacerlo, es necesario hacer un chequeo previo del nivel de azúcar en sangre que tenemos, para evitar que el consumo de esta fruta aumente la glucosa en la sangre.
Los especialistas aconsejan ingerir directamente la naranja mediante comida y no como zumo (jugo), ya que esta fruta, sin exprimir, tarda más tiempo en ingerirse, con lo cual se produce una liberación de glucosa en sangre más lenta.
Explicaron, así mismo, que al tomar un jugo de naranja, entrara en contacto directamente en la sangre, produciendo un aumento instantáneo de azúcar y el proceso de asimilación será mucho más rápido que si se consume una naranja directamente, donde el proceso será más lento y natural.
Adicionalmente, comer una naranja es beneficioso para la salud, debido a que contiene una alta cantidad de fibra, contribuye a que el azúcar sea digerido lentamente en sangre, lo que se conoce como bajo índice glucémico.
También contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico, gracias a su increíble aporte de vitamina C y antioxidantes entre otros.
Una consideración que se debe tener en cuenta es que las personas que sufren de hipoglucemia (bajo nivel de glucosa en sangre), sí se necesita un consumo de jugo, ya que producirá nuevamente una compensación corporal de una forma rápida, evitando mareo o pérdida de conocimiento que es tan habitual en esos casos.
Para las personas que sufren de diabetes tipo 2, comer una naranja puede aportar beneficios debido a sus propiedades antioxidantes. Junto con aportes como el ácido fólico, el potasio y el magnesio, ayudan a la persona que tenga diabetes no tenga grandes problemas frente a la acumulación de azúcar en sangre.
En consecuencia, el consumo de naranjas para la diabetes es aconsejable, siempre y cuando la persona tenga una dieta saludable.
La recomendación es que la persona con esta enfermedad consuma 50 gramos al día repartidos en todos los alimentos que contengan azúcar.