La Clínica Mayo señala que la presión arterial alta -o hipertensión- “es una enfermedad común que afecta a las arterias del cuerpo”. Lo que ocurre es que cuando hay mayor fuerza de la sangre sobre estos vasos sanguíneos “el corazón debe trabajar más para bombear sangre”.
Los factores de riesgo que inciden en el desarrollo de esta afección es el consumo excesivo de alcohol, la ingesta inmoderada de sal, la inactividad física, e incluso los antecedentes familiares. Es entonces que el centro médico menciona que el American College of Cardiology divide la presión arterial en cuatro:
- Normal: cuando los niveles son menores a 120/80 mm Hg.
- Presión arterial alta: los niveles superan los 120 y llegan sin sobrepasar los 129 mm Hg “y el valor mínimo está por debajo (no por encima) de 80 mm Hg”, señala.
- Presiona arterial tipo 1: los niveles inician en 130 y varían hasta 139 mm Hg y lo mínimo oscila entre 80 y 89 mm Hg.
- Presiona arterial tipo 2: los niveles superan los 140 mm Hg y su valor es superior a 90 mm Hg.
Es de tal importancia monitorear la presión arterial alta, porque si no es tratada puede inducir a problemas serios como accidentes cerebrovasculares, es decir que, que esto ocurriría si sus niveles alcanzan o superan los 180/120 mm Hg, según la Clínica.
Efectos de la hipertensión sobre el cerebro
Incluso un artículo de AARP menciona que hay una correlación entre la hipertensión y la demencia. Todo esto se determinó por un estudio publicado en la revista JAMA en donde 1.700 personas fueron estudiadas por 24 años para corroborar el impacto que tiene la presión arterial sobre el cerebro.
Los resultados aseguraron que quienes se encontraban en una edad entre los 44 y 66 años de edad y tenían un diagnóstico de hipertensión, y estaban en un 49 % de riesgo de sufrir demencia y deterioro cognitivo leve.
Sin embargo, no solo la hipertensión fue protagonista sino la hipotensión, ya que quienes tuvieron presión arterial baja luego de tener alta, elevaron las posibilidades de deterioro cognitivo leve (65 %).
En conclusión, la hipertensión sí afecta el cerebro y como se indicó, puede provocar un derrame cerebral.
Derrame cerebral
De acuerdo con la Clínica Mayo, un accidente cerebrovascular ocurre cuando el cerebro deja de recibir sangre y sus células empiezan a morir. Es de tal importancia actuar de manera inmediata para impedir daños mayores en él. El debilitamiento de las membranas de los vasos sanguíneos pueden ser otro de los factores de esta afección.
“Si el accidente es muy intenso puede ocasionar la muerte de forma inmediata. Según la OMS, el 80 % de los AVC prematuros son prevenibles”, asegura la organización internacional en un artículo publicado en el año 2020.
Por su parte, el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia señala que las personas que no hacen ejercicio, tienen estrés, sufren de tensión arterial alta, diabetes, hiperglucemia y tienen una alimentación de baja calidad, entre otros, como el consumo excesivo de alcohol, son vulnerables a padecerlo.
“Está demostrado que el cese del consumo de tabaco, la reducción de sal en la dieta, el consumo de frutas y hortalizas, la actividad física regular y la evitación del consumo nocivo de alcohol reducen el riesgo de ECV”, asegura la entidad internacional.
Por ejemplo, el accidente cerebrovascular hemorrágico “ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro gotea o se rompe”, explica la Clínica Mayo, que señala que esto se debe a otros problemas que los afectan.
Es importante mantener la presión arterial controlada porque cuando se encuentra en altos niveles puede causar hemorragias cerebrales.