Aunque dormir –y hacerlo bien– es uno de los puntos clave para mantener un organismo sano y una mente productiva durante el día, como muchas otras cosas, hacerlo en exceso puede ser perjudicial. El rango de sueño que recomiendan los expertos en los adultos es de seis a ocho horas, seguir en la cama más allá de este período podría convertirse en algo nocivo.

De hecho, esta práctica de dormir más de lo que se necesita para recuperarse de la fatiga diaria se conoce como hipersomnio, que es un trastorno de sueño.

En los recién nacidos el tiempo necesario de sueño es de 20 horas y en adolescentes pasa a ser entre siete y nueve horas. La alteración de este ciclo de sueño puede afectar considerablemente la función vital y reparadora que tiene el sueño en el ser humano.

De acuerdo con la neuróloga Celia García Malo, del Instituto del Sueño en Madrid, una persona adulta promedio necesita mantener su tiempo de sueño en ocho horas para no caer en un sueño ligero que ni es reparador ni es constante.

Otro problema que puede traer dormir más de ocho horas es la afectación de la concentración y la correcta actividad del cerebro en la rutina. (Foto: Thinkstock)

Según Mayo Clinic, hay algunos factores adicionales que también condicionan las horas de sueño que necesita una persona, como estas:

  • Privación de sueño anterior. Si se sufre de falta de sueño, la cantidad de horas de sueño que se necesitan aumenta.
  • Embarazo. Los cambios en los niveles hormonales y las molestias físicas pueden provocar una mala calidad de sueño.
  • Envejecimiento. Los adultos mayores necesitan aproximadamente la misma cantidad de sueño que los adultos jóvenes. Sin embargo, a medida que una persona envejece, sus patrones de sueño podrían cambiar.

La experta del Instituto del Sueño asegura que si una persona adulta promedio duerme más de este tiempo, se pueden ver comprometidas las funciones que se activan en el organismo durante ese lapso, que son tanto procesos metabólicos como inmunológicos.

Por esto, dormir demasiado resulta tan perjudicial para la salud como dormir muy poco o no hacerlo, incluso podría causar algunas enfermedades que mantienen en alerta a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La doctora García Malo aclara que el ser humano es un animal diurno, así que la luz le induce a permanecer despierto y la oscuridad le induce al sueño. “Generalmente la calidad de sueño es mejor cuando dormimos en condiciones naturales de oscuridad, correspondiendo con la noche”, asegura Malo.

Dormir en exceso tiene otras consecuencias que pueden incluir:

  • Alteraciones en el estado de ánimo que podrían acarrear padecimientos como la depresión en casos relacionados con el sueño.
  • Aumento del riesgo de desarrollar diabetes por la elevación de los niveles de azúcar en la sangre.
  • Incremento en el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, que representan actualmente la principal causa de muerte en el mundo.
  • Afectación de la concentración y la correcta actividad del cerebro en la rutina diaria.