Con frecuencia se escucha decir que para conservar un organismo sano se debe mantener un peso saludable, alimentarse de manera equilibrada y realizar ejercicio de forma regular.

Sin embargo, seguir estos lineamientos no siempre es fácil, pues en muchas ocasiones los métodos utilizados no son los más indicados y las personas se enfocan en la pérdida de peso, sin tener muy clara la forma en que lo hacen y sus consecuencias.

En el plan de mantener un peso saludable las calorías juegan un papel determinante, pues el control del mismo sigue siendo una cuestión de cuántas calorías se consumen frente a las que se queman, explica el instituto de investigación Mayo Clinic.

Es importante tener claro que las calorías son la energía que se encuentra en los alimentos y que el cuerpo requiere para funcionar adecuadamente. Los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas son los que las aportan. Cuando el organismo no las utiliza terminan convertidas en grasa, que es precisamente la que se va acumulando en el organismo.

“Las calorías almacenadas permanecerán en el cuerpo como grasa a menos que se utilicen, ya sea reduciendo la ingesta para que el cuerpo deba recurrir a las reservas de energía o aumentando la actividad física para quemarlas”, explica la citada fuente.

Dada su importancia, pero también el papel que juegan en la pérdida o aumento de peso, es importante realizar seguimiento no solo a la cantidad que se consume, sino al momento en que se ingieren. Se habla de que en el desayuno pueden comerse todas las calorías que se quiera porque se quemarán durante el día.

De acuerdo con los expertos esto es cierto si la persona no es sedentaria y realiza actividad de manera permanente. Además, siempre se debe cuidar que la composición sea saludable y no excederse en las cantidades.

Evitarlas en la noche

Por el contrario, uno de los momentos inapropiados para su ingesta es la noche. Esto se debe a que durante el sueño el cuerpo no utiliza una cantidad elevada de energía, por lo que el riesgo de que se transforme en grasa es mayor.

Un artículo del diario El Confidencial, de España, indica que apostar por una cena tardía puede dificultar mucho el proceso de pérdida de peso. Cita una investigación realizada por científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania en la cual se concluyó que comer tarde “aumenta el peso, los niveles de insulina y colesterol, y afecta negativamente a la función metabólica de quemar las grasas, al igual que a las hormonas que tienen que ver con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares o diabetes”.

Según dicho análisis realizar la última comida antes de las ocho de la noche ayudaría a reducir un 20 % del peso corporal. Este estudio se suma a otro publicado en la revista Nutrition Research en 2014, el cual determinó que comer justo o después de esta hora y hacer una rutina de ello se asocia con un índice de masa corporal (IMC) más alto.

Sin embargo, hay excepciones. Por ejemplo, en el caso de los deportistas consumir muchas calorías en la última ingesta del día podría beneficiar los procesos de recuperación posteriores. Sin embargo, es importante asegurarse que las calorías procedan de alimentos de calidad.

Consejos para quemar calorías

La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indica que en el caso de la mayoría de las personas que tienen sobrepeso, reducir aproximadamente 500 calorías al día es un buen punto de partida y algunas de las recomendaciones para lograrlo son las siguientes.

- Ingerir refrigerios saludables

- Eliminar antojos con muchas calorías

- No servir una segunda porción

- Sustituir alimentos por opciones ligeras

- Decir no a los fritos

- Utilizar un plato para servir la comida

- Evitar el alcohol

- No consumir todo lo que le sirven en el restaurante, pues las porciones suelen ser grandes.