Tomar el sol es una actividad relajante, la cual no solo puede hacerse en vacaciones, sino que disponer de un tiempo al día puede ser beneficioso. Sin embargo, hay que tener en cuenta el uso del bloqueador.
Para nadie es un secreto que este producto ofrece varios beneficios para la piel. El principal radica en que protege la capa dérmica del exceso de los rayos solares, impidiendo quemaduras. De igual forma, proporciona nutrientes necesarios para que la piel esté sedosa y humectada.
Al momento de salir a vacaciones a un lugar cálido, como las playas, el bloqueador es un elemento esencial. Es por eso que se vuelve vital revisar que no esté vencido, dado que un bloqueador caducado no es recomendadle.
Además del bloqueador, hay otras recomendaciones cuando se desea tomar el sol. Por ejemplo, no se recomienda pasar gran parte del tiempo durante las horas más calurosas, sino disponer tiempos cortos. Asimismo, es importante usar sombrilla, gorras, gafas de sol y mantenerse hidratado para no correr riesgo alguno respecto a la intensidad de los rayos solares.
Con base en la información de la Fundación Piel Sana, para una correcta exposición al sol se debe utilizar una crema con un factor de protección solar (SPF) 30 como mínimo. La protección se efectúa al aplicar dos miligramos por cada centímetro cuadrado de la piel.
El mejor momento para aplicar la crema protectora solar es antes de ir a la piscina o la playa, para asegurar su absorción completa y, en definitiva, su eficacia. De igual forma, es importante tener en cuenta que los productos con la etiqueta water resistant ofrecen un 70 % de protección después de estar en el agua.
Otra presentación llamativa de los tipos de bloqueadores son los marcados con waterproof, dado que ofrecen protección de hasta un 80 % estando en el agua, sea en la piscina o en el mar. Empero, los expertos consideran que no está de más aplicarse cada vez que se reitere el ingreso al agua.
Ahora bien, hay gente que suele conservar un bloqueador por bastante tiempo, debido a que lo usan solamente cada año cuando llegan las vacaciones. Lo que no tienen en cuenta es que estos productos tienen una fecha de caducidad.
En primer lugar, los expertos indican que no se debe usar pasados los seis meses/ un año de abierto el bloqueador.
Algunos protectores solares incluyen una fecha de caducidad, una fecha que indica cuándo ya no son efectivos. Con base en la información de Mayo Clinic, para esos casos lo que toca hacer es desechar productos caducados.
No obstante, uno puede omitir este proceso cuando el bloqueador no tiene fecha de vencimiento. Varias presentaciones no cuentan con este dato, lo cual haría que no caduquen. Sin embargo, los expertos consideran que hay que tener referencia del día de la compra y desechar este producto máximo a los tres años.
Durante el lapso en el cual el bloqueador está vigente y fuera de la temporada veraniega, la recomendación es conservar el protector solar en óptimas condiciones, lo cual indica que mantenerlo en una zona caliente o con contacto directo al sol es perjudicial. Siempre hay que ubicarlos en la oscuridad.
Cuando un bloqueador se usa correctamente, no debería sobrar para futuras ocasiones. Generalmente, una aplicación abundante es 1 onza (30 mililitros), o la cantidad de una copita, para cubrir las partes expuestas del cuerpo. Teniendo en cuenta la cantidad de los envases, estos productos deberían acabarse al cumplir las vacaciones.
En caso de usar un protector solar caducado, la protección contra el sol será nula y, por consiguiente, el cuerpo estará propenso a sufrir quemaduras y envejecimiento prematuro. Asimismo, como será igual que no llevar ninguna crema puesta, el efecto de los rayos ultravioleta en la piel será directo. Por lo tanto, afectará tanto a la epidermis, la capa más externa, como a las siguientes.
Otro problema consecuente a esta situación tiene que ver con aparición de reacciones alérgicas en la piel, tales como urticaria e hinchazón. Es posible que tan solo tras unos segundos o pocos minutos ya aparezca tal reacción.