La mala circulación suele ser frecuente en pacientes que están en la etapa de la vejez; sin embargo, también suele presentarse en las personas que pasan tiempos prolongados, tanto de pie, como sentados. Este suceso se hace evidente en diversas partes o zonas del cuerpo, pese a lo cual suele ser más frecuente en la zona de las piernas.
El síntoma principal de la mala circulación es sentir agotamiento o cansancio en las piernas o en la zona afectada, algo que se da cuando la sangre no circula adecuadamente dentro del cuerpo.
Las venas de un paciente con esta afección no cuentan con la capacidad de retornar la sangre hacia el corazón, por lo cual este líquido se empieza a acumular, generando agotamiento y cansancio en la zona e incluso complicándose, ya que la acumulación de sangre hace que se vean protuberancias en las venas.
El blog de la Clínica Vascular Vasculine menciona los principales síntomas que puede sentir un paciente que está padeciendo de mala circulación. Ante la presencia de uno o varios síntomas, se recomienda consultar con un profesional de la salud para que valide si se está padeciendo de esta enfermedad e indique el mejor tratamiento para cada persona, teniendo en cuenta la edad y el avance de la misma.
El portal antes mencionado hace énfasis en la importancia de tener una circulación adecuada, ya que un paciente con buena circulación contará con una mejor calidad de vida. Además, tendrá los siguientes beneficios:
- Mayor aguante a cualquier actividad física.
- Mejor adaptación a los cambios de temperatura.
- Mayor eficiencia de la insulina.
- Estimulación de la microcirculación.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico.
- Mayor movimiento y circulación de la sangre.
Cuando una persona necesita saber con claridad si tiene o no mala circulación, debe validar si ha sentido uno o más de los siguientes síntomas que serán mencionados a continuación:
- Quemazón en las piernas, esto por lo general puede ir acompañado de un enrojecimiento en la zona afectada.
- Presencia de pequeños vasos en la piel, es decir, venas que se hacen visibles en la zona afectada por la mala circulación.
- Hormigueos, pinchazos o adormecimiento de las piernas.
- Calambres en las piernas.
- Manchas rojas en las piernas.
- Piel fría, seca o escamosa.
- Coloración pálida o azulada en las zonas afectadas.
- Grietas en la zona de los talones.
- Zona de los tobillos y los pies hinchados.
- Cabe mencionar que los síntomas suelen agudizarse en la noche y más cuando la persona ha estado de pie por mucho tiempo.
Causas de la mala circulación
- Enfermedades crónicas: los pacientes con hipertensión y diabetes pueden estar en mayor riesgo de presentar una mala circulación, sobre todo cuando la persona no tiene controlada su enfermedad con el tratamiento idóneo.
- Sedentarismo y exceso de peso: el sobrepeso puede generar una sobrecarga en las piernas haciendo que estas se hinchen y que el paciente sienta más cansancio en ellas; además, el retorno de la sangre hacia otras partes del cuerpo se hace más dispensioso debido a la grasa acumulada dentro de las arterias.
- El natural envejecimiento de los vasos sanguíneos: la vejez puede crear un sinfín de síntomas en una persona, influyendo también en la circulación y generando síntomas.
- Permanecer mucho tiempo de pie, sentado o con las piernas cruzadas.
- Métodos anticonceptivos: ante la carga hormonal de este tipo de maneras para planificar, la persona está más expuesta a la formación de trombos.
- El embarazo: durante la etapa de la gestación, “las venas se ven perjudicadas por los cambios que se producen en el cuerpo durante este período. Además, la producción de la hormona denominada relaxina, hace que las venas se dilaten complicando el retorno de la sangre al corazón”.