Cada vez se escucha hablar más de los superalimentos, productos que se caracterizan por ser ricos en nutrientes, especialmente fibra, antioxidantes, vitaminas o ácidos grasos, que se dice son beneficiosos para el organismo.

Algunos son muy conocidos, como las espinacas o las alcachofas. Pero, hay otros que hasta hace muy poco no eran muy populares, como las semillas de chía, las de cáñamo, el noni, la cúrcuma y la moringa, conocida como el árbol de la vida.

Esta última es una planta medicinal que se destaca por su elevado contenido de vitaminas y minerales como hierro, carotenoides, vitamina C, polifenoles y quercetina, pero que se ha vuelto altamente famosa por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, según información del portal Nutrición y Farmacia.

La moringa es considerada un superalimento por brindar diversos beneficios a la salud. | Foto: Getty Images

Su parte más utilizada es la hoja y es allí en donde se encuentra la mayor concentración de antioxidantes. Dicha hoja puede ser consumida en forma de té, cápsulas o polvo. Además de las hojas, es posible ingerir sus semillas; otra de las formas de usarla es en aceite.

Una publicación de la revista Vogue, de México, asegura que la moringa cuenta con un alto contenido de fenoles, vitaminas, omega-3, aminoácidos, glutatión, esteroles e isocianatos que ayudan a protegerse de enfermedades inflamatorias y respiratorias como el asma.

“El National Library of Medicine (NIH), entre otros centros médicos, han utilizado los nutrientes que contiene esta hoja por su alta calidad proteica, además de que se conoce que en la antigüedad, se utilizaba como tratamiento (junto con otras vitaminas y minerales) para tratar enfermedades como diabetes, cáncer y condiciones de la piel”, precisa la citada fuente.

El aceite de moringa es uno de los productos más utilizados de esta planta considerada un superalimento. | Foto: Getty Images

Los poderosos antioxidantes que forman parte de su composición frenan la acción de los radicales libres, responsables del envejecimiento celular prematuro. Además, también previenen las infecciones.

Un artículo de la revista Mujer Hoy, escrito por Sara Flamenco, indica que la moringa posee más de 40 sustancias antioxidantes, entre las que destacan la provitamina A y la quercitina. Por ello, una de sus principales bondades es que ayuda a retrasar los signos del envejecimiento.

En la cultura popular se dice que esta planta reduce los signos de la edad que se manifiestan a través de las arrugas y para ello se puede utilizar el aceite de moringa y el polvo de sus hojas. “Su uso puede ayudar a reafirmar la piel y otorgarle más jovialidad y brillo natural”, asegura la publicación de Vogue.

Así mismo, debido a sus propiedades antibacterianas, la moringa ayuda a prevenir los brotes de acné en la piel y a reducir la apariencia de manchas oscuras. Esto se debe a que su aceite tiene beneficios para bajar la hiperpigmentación y para mejorar el tono de la piel.

De la moringa se pueden aprovechar sus hojas, semillas, corteza y hasta las flores, en beneficio de la salud. | Foto: Getty Images

Otra de las bondades que se le atribuye es que gracias a su contenido de proteína de colágeno, esta planta estimula la salud de la piel, reduciendo la apariencia de los poros.

Un beneficio más para los avances de la edad es que las hojas de moringa contienen importantes cantidades de calcio y fósforo que fortalecen el sistema óseo, manteniendo los huesos fuertes y previniendo el desarrollo de enfermedades como la osteoporosis.

Otras bondades

Según información del portal Medical News Today, los extractos de la moringa tienen propiedades que ayudarían a prevenir el desarrollo del cáncer. También posee niazimicina, un compuesto que suprime el desarrollo de células cancerosas.

Así mismo, esta planta es rica en fibras y en proteínas que aumentan la sensación de saciedad, disminuyendo la cantidad de alimentos que son ingeridos y favoreciendo la pérdida de peso. En esta línea, algunos estudios en animales indican que podría reducir la cantidad de grasa acumulada en el organismo, pero aún falta evidencia científica sobre el tema en humanos.

De otra parte, las hojas de la moringa poseen una elevada cantidad de hierro, por lo que su consumo regular favorecería el aumento de los glóbulos rojos, la hemoglobina, el hematocrito y del total de hierro en la sangre, previniendo y combatiendo la anemia, gracias a un fortalecimiento del sistema inmune.

Por último, los extractos de moringa aportarían en el tratamiento de algunos trastornos estomacales, como la constipación, la gastritis y la colitis ulcerosa. Las propiedades antibióticas y antibacterianas de esta planta inhiben el crecimiento de varios patógenos, y su alto contenido de vitamina B ayuda en el proceso digestivo.