El equilibrio de la madre naturaleza en el planeta es cada vez más latente, pues aunque existen enfermedades inevitables que tanto animales como seres humanos padecen, las plantas y todo lo que las rodea tienen elementos que perfectamente ayudan a mitigar este tipo de males biológicos, siempre de forma natural y completando un círculo de energía vital que de alguna u otra forma llega a su inicio.
Los científicos están muy al tanto de esto y por eso han dedicado siglos enteros en estudiar cada uno de los elementos de esas semillas, flores, tallos, hojas, frutos, raíces y demás elementos que se encuentran en el planeta Tierra, para poder aprovechar mucho mejor todos sus beneficios y así poder brindar a los seres humanos una calidad de vida óptima, más cuando el ritmo en el que se vive hoy hace que caigan con mayor velocidad en hábitos nefastos.
En la búsqueda de alimentos “milagrosos” se encontró uno que nace de una especie específica de árbol colgante que se encuentra nativamente en Pakistán, India y Nepal. Se trata de la moringa, un compuesto que contiene unas cantidades abundantes de antioxidantes y vitamina C, que combinado con otros nutrientes hacen que tenga una “alta cantidad proteica” y sean adecuados para tratar enfermedades como la diabetes, el cáncer, la hipertensión y algunas afecciones de la piel, tal como lo dicen los nutriólogos y médicos de la National Library of Medicine.
“Por sus propiedades benéficas y su bajo costo, organizaciones no gubernamentales las plantan en poblaciones de escasos recursos por los beneficios que aporta a la salud”, atina a decir la nutrióloga Mariana Pérez-Trejo Soltwedel al portal Vogue México. Además, La ONG Trees For Life también informa que una hoja de moringa “Tienen 4 veces 4 veces la vitamina A de las zanahorias, 7 veces la vitamina C de las naranjas, 4 veces el calcio de la leche, 3 veces el potasio de los plátanos, ¾ el hierro de las espinacas y 2 veces la proteína del yogurt”.
Dentro de la moringa también se puede encontrar una sustancia llamada isotiocianato, cuya función principal es favorecer la desintoxicación del cuerpo, asunto que repercute de forma positiva en la prevención del cáncer. Ahora, este elemento también beneficia a los pacientes con diabetes e hipertensión, pues ayuda a controlar la presión arterial y la secreción de insulina. “Cuenta con un alto contenido de fenoles, vitaminas, omega 3, aminoácidos, glutatión, esteroles e isocianatos que ayudan a la protección contra enfermedades inflamatorias como el asma”, añade Pérez-Trejo.
Ahora, sabiendo los beneficios de la moringa, es pertinente saber cómo se puede consumir, pues es importante tener en cuenta cómo se puede incluir dentro de una dieta saludable, pues de nada sirve consumir este elemento tan bueno si no tenemos platos balanceados con porciones adecuadas de proteína, carbohidratos sanos y muchas frutas y verduras, tal como lo aconsejan los expertos.
“La infusión en frío es la mejor opción para preservar los isotiocianatos (activo de la planta que otorga los beneficios), por lo que debes agregarla en agua a temperatura ambiente 30 minutos antes de ingerirla. Lo ideal es 3 g de hoja seca en 1 litro de agua”, explica la nutrióloga Pérez-Trejo, añadiendo que si se calienta esta preparación se podría destruir la enzima “y también su probable efecto anticancerígeno”.
Ahora, la nutrióloga también afirma que se puede comer la moringa a través de su semilla molida, que resalta a la perfección como el elemento crocante de las ensaladas. “La dosis diaria recomendable es 3-5 g al día para una persona con mayor desgaste oxidativo puede llegar a consumir hasta 9 g de moringa al día… 3 g de hoja equivalen a una cucharada sopera y una cucharadita a 3 g de moringa en polvo”, agrega la experta.