La mala circulación se presenta por la dificultad que tiene la sangre para pasar a través de los vasos sanguíneos o arterias de manera fluida. Si bien no se trata de una enfermedad en sí misma, sino que es el resultado de diversos factores y afecciones, es clave prestar atención para evitar mayores complicaciones.
El sistema circulatorio envía sangre y oxígeno a todo el cuerpo y la mala circulación, también conocida como mala perfusión, se produce cuando se reduce el flujo de la misma a una parte específica del organismo, explica el sitio web Modern Heart and Vascular.
Al respecto, el portal de salud Tua Saúde indica que algunas de las causas de la mala circulación están relacionadas con la condición hereditaria, el uso de algunas píldoras anticonceptivas, exceso de peso, envejecimiento o por el hecho de permanecer mucho tiempo de pie, pues son las piernas las partes del cuerpo más afectadas con este padecimiento.
Síntomas
Información de la clínica vascular Vasculine, de España, en su página web, precisa que algunos de los síntomas más frecuentes de la mala circulación en las piernas son los siguientes:
- Quemazón.
- Presencia de pequeños vasos.
- Hormigueo o adormecimiento de las piernas.
- Calambres.
- Manchas rojas en diversas áreas de estas extremidades.
- Piel fría, seca o escamosa.
- Coloración pálida o azulada en las zonas afectadas.
- Zona de los tobillos y los pies hinchados.
- Grietas en los talones.
Según Tua Saúde, los síntomas normalmente empeoran al final del día, principalmente cuando la persona permanece mucho tiempo de pie, pero también puede suceder con mayor intensidad durante el ciclo menstrual, en períodos de días con mucho calor o cuando se utilizan tacones o sandalias planas.
¿Cómo prevenir y aliviar esta afección?
La revista Mejor con Salud plantea que para prevenir que esta situación se presente es importante cambiar los hábitos cotidianos, pues es clave una buena alimentación y la práctica regular de actividad física, por ejemplo. Estas son algunas recomendaciones que se pueden tener en cuenta.
- Levantar y ejercitar las piernas: La elevación y flexión favorecen la circulación de las piernas, gracias a que estimulan el flujo de la sangre. Estos trucos resultan favorables tanto para prevenir como para combatir trastornos circulatorios, como las várices, según la publicación de Mejor con Salud, escrita por Daniela Echeverri Castro.
- Mantenerse hidratado: La ingesta de abundante líquido mejora y previene la mala circulación, pues cuando el cuerpo no está lo suficientemente hidratado, la sangre no circula de forma adecuada, pudiendo causar retención de líquidos e hinchazón de las piernas, los pies o las manos. Lo aconsejable es tomar al menos de ocho a 10 vasos de agua al día, según Tua Saúde.
- Mojar con agua fría los pies y los gemelos: Una de las recomendaciones es duchar con agua fría de los pies a las rodillas, realizando un recorrido ascendente, durante dos o tres minutos. De acuerdo con el portal Tu canal de salud, “el agua fría consigue una contracción tanto de los capilares como de los músculos, mejorando el circuito que recorre la sangre en esa zona”.
- Caminar de puntillas: Caminar en esta posición ayuda a estimular la contracción de los gemelos, que, al mismo tiempo, comprimen las venas, facilitando el retorno venoso. Esto se denomina bomba muscular y su activación influye de manera significativa en la circulación de las piernas.
- Tomar tés diuréticos: Tés como el verde, el de perejil o el de cola de caballo, por ejemplo, son diuréticos naturales que contienen sustancias con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, como los flavonoides, minerales, como el potasio, y cafeína que ayudan a mejorar la circulación. También contribuyen eliminar la retención de líquidos, concluye Tua Saúde.