Los callos se caracterizan por ser capas duras y gruesas que aparecen cuando la piel intenta protegerse de la fricción o la presión. Generalmente, se forman en los pies y en las manos y es una afección que no requiere tratamiento a menos que genere dolor, precisa el instituto de investigación Mayo Clinic.
Para la mayoría de las personas, solo con el hecho de eliminar la fuente de fricción o presión hace que los callos y las callosidades desaparezcan.
La citada fuente explica que los callos son más pequeños y más profundos que las callosidades y tienen un centro duro rodeado de piel inflamada. Pueden ser dolorosos cuando se ejerce presión sobre ellos. Suelen formarse en la punta de los dedos de los pies o en el borde externo del dedo pequeño.
Los signos son: un área de piel gruesa y dura, una protuberancia dura y elevada y sensibilidad o dolor debajo de la piel, la cual se evidencia seca o escamosa.
Dado que normalmente es una afección que no requiere de tratamientos médicos, los remedios caseros son una buena alternativa para hacerles frente y uno de los productos que ayuda con este propósito es el bicarbonato de sodio.
Pasta de bicarbonato
El portal Medical News Today asegura que una pasta de bicarbonato de sodio es una alternativa a las cremas exfoliantes comerciales. Para prepararla se mezclan dos cucharadas de agua con suficiente bicarbonato de sodio para formar una pasta, luego se agregan unas cuantas gotas de jugo de lima o limón.
Se aplica esta preparación en las áreas con callos y se cubren con calcetines, guantes o una venda de gasa. Se repite esta aplicación cada noche hasta que el callo desaparezca.
El bicarbonato ayuda a ablandar y eliminar esa piel gruesa. La recomendación es dejarlo actuar entre 15 y 20 minutos, y luego se procede a retirar suavemente con ayuda de una piedra pómez. Al final de este tratamiento es recomendable aplicarse una capa de vaselina o crema hidratante.
Otros remedios caseros
Además del bicarbonato también es posible recurrir a otras técnicas. Por ejemplo, las sales de Epsom ayudan a suavizar los callos para prepararlos para otros tratamientos, como exfoliación manual con una piedra pómez o una lima para pies.
La recomendación es agregar estas sales a un baño o tina con agua tibia y luego sumergir la piel afectada durante 10 minutos.
Una opción más es la piedra pómez, la cual es porosa y muchas personas la usan para exfoliar la piel muerta y los callos. Según Medical News Today, normalmente funcionan mejor después que la persona haya suavizado la piel. Una forma sencilla de hacerlo es sumergir el área con callos en agua tibia de cinco a 10 minutos antes de utilizar este elemento.
Una vez que la piel se ha suavizado, lo ideal es realizar movimientos suaves circulares o de un lado al otro con la piedra pómez para eliminar las células de piel muerta. Es posible que se requiera exfoliar durante varios días consecutivos para obtener los resultados que desea.
Una última alternativa es la caléndula. Según una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Yamila Papa Pintor, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, la caléndula ha sido muy utilizada en diversos remedios naturales, incluyendo aquellos orientados a eliminar las callosidades de los pies.
Se pueden conseguir ungüentos a base de esta planta para aplicar por las noches, pero también es posible preparar una infusión y combinarla con sales de Epsom, para poner los pies en remojo. Posteriormente, puede utilizarse la piedra pómez o una lima para pies.
¿Cómo prevenirlos?
Mayo Clinic brinda un par de recomendaciones para tener en cuenta.
- Utilizar zapatos que tengan amplio espacio para los dedos. Si los dedos no se pueden mover, el calzado es muy ajustado. Lo aconsejable es comprar zapatos cuando los pies estén más hinchados, generalmente al final del día. Si se usan plantillas, es importante tenerlas cuando se prueba el calzado en la tienda.
- Usar recubrimientos de protección. Usar plantillas de fieltro, plantillas para callos no medicinales o vendas en las zonas de roce del calzado. También se pueden probar separadores de dedos o colocarse lana entre los dedos del pie.