Una de las formas más saludables de proteger la piel es hidratándola todos los días, pues este importante órgano requiere de buenos niveles de humedad para poder resistir todos los factores externos a los que diariamente se ve expuesto. Sin embargo, en época de invierno, la piel está aún más sensible por las bajas temperaturas y no requiere de tanta humedad, por lo que es conveniente regular la aplicación de productos sobre la piel.
El portal web Consumo Claro, indica que aplicar capas y capas de hidratante en exceso, sin haber limpiado la zona, no es la mejor forma de proteger e iluminar este órgano, ya que la piel solo puede absorber cierta cantidad. Al aplicar una cantidad excesiva de cremas hidratantes, esto puede provocar graves consecuencias para la piel. A continuación, el portal en mención lista las consecuencias a las que se debe prestar mayor atención:
- Piel escamosa: al realizar una hidratación excesiva sobre la piel, el proceso de reparación se estresa y el estado de la piel se deteriora. Como tal, esto se puede manifestar de múltiples forma como lo es la piel seca, escamosa, irritación y enrojecimiento.
- Producción de acné: a pesar de que esta afección cutánea se da por genética, alteraciones hormonales y el consumo de algunos alimentos; también puede aparecer por el uso de cremas hidratantes más densas, que se cree que nutren en profundidad y eliminan la sensación de tirantez y escozor. No obstante, este tipo de cremas, por el contrario, puede facilitar la aparición de acné o eczema en personas con predisposición.
- Exceso de sequedad: parece contradictorio, pero es cierto. La hidratación excesiva puede hacer que la piel no pueda formar una barrera cutánea eficaz, lo que acaba en sequedad continua. De acuerdo con un estudio del British Journal of Dermatology, los expertos aplicaron hidratante en un antebrazo a varios participantes y dejaron el otro sin tratar durante siete semanas. Con resultado de la investigación, el brazo tratado estaba más seco que el que no recibió tratamiento.
Por otra parte, existe una creencia que está relacionada con el uso excesivo de hidratantes, pues se cree que si se aplica demasiada, con el tiempo, la piel puede volverse perezosa, lo que ayuda a alentarla a producir menos humedad por sí sola, porque no reconoce los signos externos que le indican que debe acelerar su actividad de autohidratación. Así las cosas, la Asociación Española de Dermatología y Venerología (AEDV) recomienda, en invierno, hidratar la piel a diario, pero, solo el caso de personas con algún tipo de dermatosis, hacerlo como máximo dos veces al día.
Vaselina para rejuvenecer la piel
Las pieles secas son más propensas a la aparición de arrugas prematuras que otro tipo de pieles, ya que cuenta con un grosor menor y sufre más las consecuencias de las agresiones externas que pueden dañarla, como por ejemplo los rayos del sol, el frío, la contaminación, etc. Por esta razón, para prevenir el envejecimiento en las pieles secas, los dermatólogos recomiendan la aplicación de cremas hidratantes con mucha frecuencia para evitar que pierda su humectación y elasticidad.
Los principales beneficios de la vaselina para combatir las arrugas son:
- Tiene un elevado peso molecular que desarrolla una especie de película protectora en la piel del rostro que la mantiene alejada de los agentes externos que pueden hacerla envejecer con rapidez.
- Evita que la piel pierda agua y se deshidrate.
- Mantiene la elasticidad y la firmeza de la piel intacta por más tiempo.
- Posee vitaminas A y E, las cuales son excelentes para mejorar la salud de la piel, evitar la oxidación de las células que conforman la dermis y, por consiguiente, prevenir la formación de arrugas y otros signos de la edad.
- Permite atenuar y rellenar las arrugas ya existentes en el rostro al estimular la producción de colágeno.