Uno de los métodos mayormente empleados para bajar de peso radica en el ayuno. Las personas consideran que reducir la cantidad de comida, junto con seguir al pie de la letra los horarios, permite lograr el peso adecuado en poco tiempo. Pero, ¿en verdad es así? Esto consideran los expertos.
Por un lado, la Clínica Alemana de Chile explica que el ayuno intermitente es una práctica que consta en comer por determinadas horas y no en periodos diferentes. En ese orden de ideas, genera que las personas no se alimenten por tiempos prolongados, lo cual hace que la ingesta se reduzca considerablemente.
El ayuno con intermitencia se ha puesto de moda porque desde la ciencia han validado los beneficios ofrecidos para la salud, al punto de no comer durante periodos cortos genera efectos positivos en el cuerpo. Los expertos indican que esta práctica logra tres objetivos importantes: reducir el síndrome metabólico, bajar la inflamación e impedir la resistente a la insulina.
Cabe mencionar que estos son los efectos para el ayuno intermitente. Para el caso del prolongado, la práctica no cuenta con el apoyo de los especialistas de la salud. Los expertos indican que este tipo de ayuno radica en no comer durante varios días, lo cual a fin de cuentas es más perjudicial que beneficioso.
El primer efecto radica en la pérdida rápida de energía. La falta de alimentos y producción de glucosa por periodos largos implica que el gasto sea mayor y, al no tener una fuente de recuperación, el cuerpo naturalmente necesita cesar sus funciones para descansar.
La consecuencia es que el plan de contingencia para el organismo corresponde en emplear los ácidos grasos y proteínas para conseguir energía. Por ende, los nutrientes no estarán cumpliendo su cometido y necesitarán recurrir en otros frentes para tener energía suficiente.
Respecto a la sintomatología, los pacientes que recurren al ayuno prolongado generarán comportamientos de irritabilidad, somnolencia, mareos, problemas de baja presión arterial (hipertensión) y complicaciones de corte cardiovascular. Adicionalmente, un efecto a largo plazo es el estado de desnutrición del cual puede ser víctima la persona.
Por otro lado, un ayuno continuo de ese modo generará cambios fisiológicos, por el hecho que no ingerir alimentos sólidos ni bebidas obligará al organismo a adaptarse a la restricción calórica para activar los mecanismos que emplean la grasa como energía.
Consecuentemente, el uso de grasa como energía durante más de 42 horas generará que el agotamiento sea mayor, sumado al incremento de la producción de cuerpos cetónicos, lo cual le da energía a órganos esenciales como cerebro, corazón y riñón; pero sacrificando a otras partes del organismo, dejando a las personas en un estado de vulnerabilidad por varios frentes.
Una dieta de ese tipo no es ideal, por el hecho que impide obtener los nutrientes fundamentales, tales como el aporte de glucosa, vitaminas, proteínas y minerales. La recomendación es que, cuando se desea ayunar, se haga de forma intermitente y sin dejar pasar las tres comidas esenciales.
La recomendación es conservar una alimentación equilibrada que cuente con las tres comidas del día. Además, adoptar un estivo de vida con actividad física es importante a la hora de sacarle provecho a los nutrientes ingeridos.