Los carbohidratos son moléculas de azúcar que junto con las proteínas y las grasas son uno de los tres nutrientes principales que se encuentran en alimentos y bebidas, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

El elemento fundamental del pan, precisamente, son los carbohidratos, un nutriente que, a pesar de su reciente mala fama, resulta importante para la función del cuerpo. “Su principal función es la energética. Aportan la energía de más fácil utilización (cada gramo aporta 4 kcal). La glucosa es la única fuente de energía para el cerebro, que consume alrededor de 100 gramos al día. Los carbohidratos son almacén y reserva de energía en forma de glucógeno que se moviliza rápidamente para generar glucosa cuando se necesita” sostiene la Fundación Española del Corazón.

Además, el gluten presente en el trigo, centeno y cebra, es una proteína que está presente en alimentos como el pan. Su función es ayudar a que la masa se esponje y evitar que el pan se desarme, pues hace que adquiera consistencia y mejora su sabor. Es frecuente que también se le añada a otros alimentos como cereales, pastas y productos de repostería, para mejorar su textura.

Según American Cancer Society, la mayoría de las personas pueden consumir gluten. Sin embargo, es una proteína que está prohibida para quienes padecen enfermedad celíaca, un padecimiento autoinmune que hace que el sistema inmunológico ataque el tracto digestivo después de consumir gluten.

Teniendo esto en cuenta lo anterior, dejar de comer pan, sobretodo si se consumía diariamente, puede generar algunos efectos en el organismo, perceptibles al cabo de un par de semanas. Algunos de ellos son muy positivos.

Perdida de peso

La perdida de peso que experimentan la mayoría de personas al dejar de comer pan se debe a que los carbohidratos que se almacenan en el cuerpo en forma de glucógeno tienden a acumular agua, es por esto que cada gramo puede llegar a acumular hasta tres a cuatro gramos de agua. Al reducir los carbohidratos, el cuerpo comienza a consumir sus reservas de glucógeno, es lógico perder una parte importante de agua que de alguna forma se manifestará en el peso.

Mantener óptimos niveles de azúcar en la sangre

Los carbohidratos refinados elevan los niveles de azúcar en la sangre. Al respecto, una investigación publicada en el American Journal of Clinical Nutrition sugiere que los pico de glucosa que son enviados al cerebro tras el consumo de este tipo de alimentos, activan los centros de adicción en el cerebro, lo que explicaría el deseo por consumir este tipo de alimentos.

Menores riesgos de enfermedad cardiaca

De acuerdo con la Asociación Estadounidense del Corazón, los cereales integrales ayudan a reducir los niveles de colesterol en sangre y reducir el riesgo de sufrir esas enfermedades. Sin embargo, los carbohidratos refinados generarían un efecto totalmente opuesto.

Un estudio de 2014 publicado en PLOS ONE encontró que este tipo de alimentos aumentan los niveles corporales de un ácido graso, el ácido palmitoleico, lo que significa un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes tipo 2.

Caída en los niveles de serotonina

En general, los carbohidratos aumentan los niveles cerebrales del neurotransmisor serotonina, la hormona de la felicidad encargada de generar una sensación de bienestar en el cuerpo. Por tanto, dejar de comer pan puede facilitar una caida de esta hormona. Este es un efecto que se puede evitar sustituyendo el pan por otros alimentos que contengan carbohidratos de mejor calidad

Los mejores carbohidratos para agregar a la dieta son frutas, verduras, leche, frutos secos, granos, semillas y legumbres, los cuales actúan como fuentes comunes de carbohidratos naturales. En ese sentido, hay tres tipos principales de carbohidratos: azúcar, almidón y fibra.