Ejercitarse es la manera más efectiva para fortalecer el cuerpo, disminuir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y, por supuesto, bajar de peso para evitar la obesidad. Además, la actividad física también estimula la producción de hormonas que generan una sensación de bienestar.
Ahora, sobre el mejor momento del día para ejercitarse existen varias teorías. Generalmente, el horario varía en función de la rutina específica de cada persona: algunos trabajan en la mañana y solo tienen tiempo para desarrollar actividad física hasta la noche o viceversa.
Sin embargo, hay un momento del día en que el ejercicio tendría un impacto más trascendental para las personas. Según un artículo publicado en el portal internacional Biobiochile, levantarse temprano y entrenar inmediatamente después de haber iniciado la jornada puede contribuir a mejorar la productividad, así como optimizar el tiempo.
El ejercicio tiene numerosos beneficios, por ejemplo, el portal médico Mayo Clinic explica que la actividad física regular puede ayudar a controlar el peso, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y fortalecer los huesos y los músculos. Sin embargo, vale la pena resaltar que si la persona en cuestión viene de un estilo de vida sedentario o tiene problemas de salud (diabetes, afecciones renales o del corazón, artritis o presión alta), es conveniente que consulte a un especialista antes de iniciar una rutina de entrenamiento.
¿Por qué entrenar en las mañanas?
Comenzar el día con una buena sesión de entrenamiento ofrece numerosas ventajas. Una de ellas involucra la motivación: gracias al mayor flujo de sangre y el proceso de oxigenación que se da durante la actividad física, las facultades mentales estarán en su máximo rendimiento después del ejercicio.
La intensidad y el tiempo que dure el ejercicio no tiene, necesariamente, que igualarse al de un atleta de alto rendimiento. De acuerdo con Alejandro Sarmiento, médico del deporte y líder del programa Dr. Bodytech, basta con 30 minutos de actividad física al día para mantener un peso saludable y prevenir la pérdida de masa muscular, por supuesto, acompañando el proceso con una alimentación saludable.
Madrugar = mayor disciplina
El ejercicio es un hábito. Algunas personas se motivan para ir al gimnasio o correr en las mañanas, pero llega un momento en que se dan por vencidas. Sin embargo, si se adquiere la rutina de hacer ejercicio todos los días al despertar, psicológicamente se podría desarrollar un sentido de responsabilidad para repetirlo al otro día, luego al siguiente, y así sucesivamente.
Al respecto, Alejandro Sarmiento, el médico del deporte, explica que “actividades sencillas diarias, en las que se incluya el ejercicio, promueven un estilo de vida saludable y colabora con el control de hábitos nocivos para la salud como fumar o consumir alcohol” según la información publicada en el sitio web de la reconocida cadena de gimnasios.
Estimula el desarrollo de los músculos
Entrenar en las mañana contribuye a desarrollar el tejido muscular más rápido que si se entrena en otro momento de la jornada. Según explica el entrenador personal Keith McNiven, de Right Path Fitness, en esta modalidad “se aprovechan las hormonas que circulan naturalmente en el organismo, ya que están en su nivel máximo, en vez de hacerlo más tarde en el día cuando son más bajas”.
Esta visión es respaldada por Anthony Hackney, profesor del departamento de Ciencias del Ejercicio y del Deporte de la Universidad de Carolina del Norte, quien afirmó que hacer ejercicio por la mañana, especialmente con el estómago vacío, es la mejor manera de quemar la grasa acumulada, lo que es ideal para perder peso.
“En las primeras horas de la mañana, tienes un perfil hormonal que te predispone a un mejor metabolismo de la grasa”, dijo Hackney para BBC. El profesor asegura que en las mañanas las personas tienen los niveles de cortisol más elevados, por lo que la energía que el cuerpo necesita vendrá de las reservas de grasa.
Mejora los hábitos de sueño
Despertar temprano, hacer ejercicio y continuar con la jornada hará que el desgaste físico durante el día sea mayor. En consecuencia, la persona estará activa durante el día y cansada cuando llegue la noche, evitando problemas de sueño como el insomnio.
Según complementa esta idea el doctor Sarmiento, el ejercicio ayuda a disminuir el estrés, controlar la ansiedad e inducir el sueño de una manera más reparadora, garantizando que el cuerpo descansará correctamente mientras duerme.