La hidratación es fundamental para que el organismo funcione correctamente. Todos los días el cuerpo pierde agua cuando suda, orina y evacúa los intestinos, por esta razón es clave reabastecer este suministro.

El portal Salud Digital indica que las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos determinaron que el consumo diario adecuado de líquido es de 3,7 litros para los hombres y aproximadamente 2,7 litros para las mujeres.

Estas recomendaciones incluyen los líquidos provenientes del agua, las bebidas y los alimentos. Aproximadamente, el 20 % del consumo diario de líquido suele provenir de los alimentos y el resto, de las bebidas que las personas consumen.

El agua es el principal componente para que puedan funcionar órganos vitales como el cerebro, los pulmones, el corazón, el hígado o los riñones; por ello, cuando el consumo es bajo se pueden presentar serios inconvenientes de salud.

Los riñones requieren que el cuerpo esté muy hidratado para poder expulsar toxinas a través de la orina. | Foto: Getty Images

El cuerpo tiene un contenido en agua que asciende a dos tercios de su peso. “Es importante que el cuerpo permanezca hidratado, que mantenga el nivel correcto de agua, para permitir que se produzcan las reacciones químicas vitales y que los nutrientes se transporten a los órganos y tejidos”, precisa la compañía de salud Sanitas, en su página web.

Afectación a los riñones

Cuando una persona consume poca agua durante el día, además de deshidratarse, puede enfrentarse a un problema renal que puede provocar el cese repentino de las funciones depurativas del riñón al no llegar el volumen de sangre adecuado a este importante órgano del cuerpo.

Mantenerse hidratado favorece el buen funcionamiento de los riñones, para que puedan eliminar las toxinas, la urea y las sales del cuerpo, además de regular la presión arterial, asegura el portal Salud 180. Si estos órganos no cumplen sus funciones vitales por falta de hidratación, se pueden presentar desde cálculos renales hasta una insuficiencia renal.

Por otro lado, beber poca agua facilita la proliferación de bacterias que pueden ocasionar una infección tanto en la uretra, uréteres, vejiga o los riñones, la cual puede ser dolorosa y molesta cada vez que la persona orina. Beber agua ayuda a diluir la orina y garantiza la micción para expulsar a microorganismos antes de ocasionar una infección.

Las mujeres deben consumir aproximadamente 2,7 litros de agua al día. | Foto: Getty Images

De acuerdo con los expertos, la formación de piedras en los riñones puede convertirse en un problema doloroso. La deshidratación ocasiona que la orina se concentre, permitiendo que los minerales se cristalicen, se unan y produzcan dolorosos cálculos renales que si no se pueden expulsar debe removerse con cirugía cuando son demasiado grandes.

Además de los riñones, hay otras partes del cuerpo que también pueden sufrir afectaciones. Una de ellas son las articulaciones, las cuales se mantienen lubricadas al beber la suficiente cantidad de agua, pues los cartílagos que las componen están formados por un 70 % de líquido. Esta situación puede ocasionar dolores en las manos y dificultar el movimiento de los huesos, causando molestias y pérdida de calidad de vida.

Información de la Clínica Universidad de Los Andes indica que, en general, las personas no son muy propensas a tomar agua constantemente, sino solo cuando tienen sed. Esto se da especialmente en los adultos mayores, que van perdiendo el reflejo de la sed. Para los expertos, se trata de una práctica que debería mejorar, ya que el agua, además de hidratar, es el motor para que el cuerpo realice sus funciones con normalidad.

Una forma de saber si la persona está bebiendo lo suficiente es confiar en el cuerpo. Si se siente sed, esto indica que el organismo está pidiendo líquido porque lo requiere. La deshidratación puede provocar dolor de cabeza y hacer que la persona se sienta cansada, estreñida y enferma. También se dice que el color oscuro de la orina puede indicar que hay deshidratación.