El cuidado de la piel hace parte de la rutina de muchas personas en el mundo. Mientras que algunos optan por invertir grandes cuantías de dinero en productos que están en la principales estanterías del mercado o las novedades que anuncian compañías de belleza y de la farmacología, otros optan por las soluciones caseras, bien sea por economizar o por sus propiedades naturalles.
Por lo general, la piel envejece debido a que las células dejan de llevar a cabo su función adecuada. “El primer efecto que se produce, como consecuencia, es la falta de producción de colágeno y otras proteínas (elastina y ácido hialurónico) que conforman la estructura principal de la piel. Todo ello va a conllevar una pérdida de elasticidad y luminosidad de forma progresiva”, indica Javier Pedraz, dermatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud, Madrid al portal CuídatePlus.
Una buena alimentación puede representar grandes beneficios a la hora de mantener el estado de salud en óptimas condiciones y prevenir un acelerado proceso de envejecimiento, por lo que los expertos en nutrición recomiendan tener en cuenta ciertos alimentos en la dieta cotidiana de cualquier persona, sobre todo si son ricos en colágeno.
El colágeno es una de las sustancias más importantes para el organismo, pues se trata de una proteína estructural que permanece en el cuerpo humano en grandes cantidades debido a que contribuye al buen funcionamiento de los huesos, dientes, músculos, piel, articulaciones y algunos tejidos conectivos.
De acuerdo con el portal especializado, Mayo Clinic, estos son los alimentos que ayudan a cuidar la piel.
1. Zanahorias u otras frutas amarillas y anaranjadas
2. Espinacas
3. Tomates
4. Aguacate
5. Salmón
Por otro lado, María José Crispín, médico nutricionista de la Clínica Menorca de Madrid (España), asegura que “está científicamente probado que comer menos alarga la vida y retrasa enfermedades degenerativas asociadas a la vejez”, según declaraciones citadas por el diario español El Mundo.
La experta recomienda una dieta basada en “un menú hipocalórico con el mínimo de azúcar y grasas trans y el máximo de frutas y verduras que ayuda a minimizar los primeros síntomas asociados a la edad que empiezan a notarse a partir de los 40 años”. La clave es consumir abundantes frutas y verduras, pues son fuentes de antioxidantes, vitamina A, C, E, resveratrol, selenio y polifenoles.
También se aconseja consumir poca carne roja y embutidos y aumentar el consumo de pesado azul. Ahora bien, uno de los aspectos más importantes de este tipo de alimentación es que brinda proteínas de calidad que aportan colágeno a la piel y cuidan los músculos.
En ese sentido, la doctora Crispín resalta que cualquier persona podría comenzar a definir una dieta que incluya las siguientes características. A continuación un ejemplo de la dieta, aunque cada persona podría realizar variaciones cada semana.
- Desayuno: frutas frescas como manzana, o dos kiwis o dos mandarinas o seis fresas con leche sin lactosa o kéfir con avena o pan integral con un poco de jamón o pavo o huevo. Acompañar con un té verde sin edulcorante o con stevia.
- Media mañana: fruta variada o una bebida de avena con té verde.
- Almuerzo: lentejas con arroz y verduras (sin tocino ni chorizo).
- Media tarde: fruta variada más un puñadito (no más de 3 o 4) de nueces o de almendras no fritas (unas 8 o 10 ).
- Cena: espinacas rehogadas más atún a la plancha