La intoxicación alimentaria es una enfermedad transmitida por alimentos y las causas más frecuentes son los organismos infecciosos, entre ellos, bacterias, virus y parásitos. De este modo, si el cuerpo se intoxica por el consumo de un alimento, esto puede ocasionar náuseas, vómitos o diarrea. En la mayoría de los casos, la intoxicación es leve y suele desaparecer sin tratamiento.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), contraer una enfermedad intestinal por un alimento que haya consumido es desagradable a cualquier edad, pero el riesgo es mayor a medida que aumenta la edad.
Al envejecer, el sistema inmunitario se hace más lento y disminuye su capacidad de combatir los gérmenes, por lo que el cuerpo es más susceptible a combatir las bacterias que traen ciertos alimentos y se produce una intoxicación que podría desencadenar otras enfermedades.
De esta manera, la CDC da a conocer cuáles son los alimentos más propensos a causar enfermedades intestinales y con lo que se deben tener mayor precaución a la hora de su preparación:
- Pollo, carne de res, cerdo y pavo: Por lo general, estos alimentos contienen miles de bacterias, por lo que es importante cocinarlas lo suficiente antes de poder consumirla. A su vez, es fundamental dejar a temperaturas frías estos alimentos para que no se desintegre o contraigan mayores infecciones. Los CDC aconsejan que los cortes de carne grandes deben dividirse en porciones más pequeñas para que se enfríen más rápido y evitar que crezcan bacterias.
- Frutas y verduras: Estos alimentos pueden adquirir gérmenes en cualquier lugar de su trayecto, desde la granja donde fueron cultivadas hasta la tienda donde se venden, incluso en el mostrador de la cocina una vez que estén en la casa. Lo idea es lavar muy bien estos vegetales y frutas, y manipularlos con las manos limpias. La doctora Patricia Griffin, jefa de la sección de Epidemiología de Enfermedades Entéricas de los CDC, señala para el portal web AARP, que “consumir una sola porción de verduras crudas no es muy arriesgado, excepto en el caso de algunas variedades como los brotes”.
- Leche y queso sin procesar: El proceso de pasteurización implica calentar la leche sin procesar a una temperatura lo suficientemente alta y durante el tiempo suficiente para matar las partículas peligrosas, según los CDC. De este modo, lo aconsejable para consumir la leche es dejarla hervir durante 15 minutos para que elimine todas las bacterias que no se eliminaron en el proceso de pasteurización.
- Huevos: Este alimento, por lo general, se contamina cuando una gallina tiene una infección alrededor de los tejidos de los ovarios, lo cual puede introducir salmonela en el huevo. A pesar de que esto se ha controlado durante la última década, Griffin señala que se debe tener precaución porque “hay lotes que pueden provenir de una gallina que estaba lo suficientemente estresada como para producir salmonela en el momento de poner el huevo, y es entonces cuando aumenta tu riesgo de enfermar”.
- Pescados y mariscos crudos: La bacteria vibrio vive en el agua marina, por lo que algunos pescados y marisco la contienen. Esta bacteria causa una infección denominada vibriosos, la cual conlleva grandes riesgos para la salud de las personas de más de 65 años. Con frecuencia, los mariscos poco cocidos provocan enfermedades diarreicas, que pueden ser especialmente graves en el caso de aquellas personas que sufren trastornos como enfermedades hepáticas.
- Harina cruda: Este alimento no está tratado para matar los gérmenes que pueden haber contaminado los granos en los campos o durante el proceso de producción. Para matar los gérmenes se debe cocinar adecuadamente el alimento que contiene harina.