Las necesidades nutricionales de las personas varían en función de diversos factores, entre ellos, la edad. La infancia es una etapa clave en los procesos alimentarios. Brindarles a los niños productos saludables, incorporando alimentos variados y ricos en nutrientes y proteínas, es fundamental para su salud tanto en el presente como en el futuro.
Durante los primeros años, el organismo de un niño se encuentra en crecimiento y formación, razón por las que es más vulnerable ante cualquier deficiencia nutricional, la cual puede afectar no solo su organismo, sino su desarrollo cerebral.
Los problemas de desnutrición en los primeros ocho años de vida pueden traer consecuencias graves y duraderas, impidiendo el desarrollo conductual y cognitivo, el rendimiento escolar y la salud reproductiva, entre otros aspectos. Por ello es clave realizar un seguimiento adecuado y corregir hábitos en esta etapa.
Un estudio realizado por la Universidad de Granada, en España, concluye que una correcta alimentación favorece el buen desarrollo psicomotor y cognitivo de los menores, además de su salud en general.
Ante esta realidad y teniendo en cuenta que en muchas oportunidades no es fácil que los niños se alimenten con la comida más sana y equilibrada, expertos de la Universidad de Harvard elaboraron una guía nutricional en la que brindan algunas indicaciones sobre cómo los padres y responsables de los menores pueden asegurarse de brindarles una alimentación saludable.
Para los científicos, lo más importante es que los niños consuman de manera equilibrada las diferentes categorías de alimentos. Su propuesta es que el 50 % de la dieta diaria esté compuesta por vegetales y frutas de todos los colores posibles.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las personas deben consumir por lo menos 400 gramos diarios de estos productos para obtener los beneficios de salud y nutricionales, de manera indicada.
La otra mitad de la alimentación diaria de los menores debería incluir granos enteros y fuentes saludables de proteínas. En el caso de los granos enteros, los investigadores se refieren a aquellos integrales como el trigo, arroz o quinoa, más saludables que los refinados.
En cuanto a las proteínas saludables, los científicos sugieren incluir legumbres como lentejas, garbanzos, habichuelas y fríjoles, además de guisantes, nueces y semillas. Adicional a esto, deben comer proteínas animales como pescado, huevo y carne de ave.
Lo ideal es que en la alimentación de los niños se eviten las carnes procesadas como los embutidos, jamón, salchichas, además de limitar la carne roja.
Estos productos se deben limitar
Por otra parte, si bien la grasa es importante en la dieta, se debe prestar atención al tipo que se les suministra a los niños en su alimentación. Tal como ocurre en la alimentación de los adultos, lo ideal es emplear aceites vegetales saludables como el de oliva virgen, canola, maíz, girasol, sésamo y cacahuete y limitar el uso de la mantequilla.
Una de las recomendaciones generales de los expertos es limitar el consumo de lácteos, que es tal vez uno de los alimentos más consumidos por los pequeños. Lo recomendable es proporcionarles una ración moderada diaria a base de leche, yogur natural o pequeñas cantidades de queso y otros lácteos sin azúcar añadido.
También sugieren dejar para momentos ocasionales las bebidas azucaradas como los refrescos. Se aconsejable que no beban más de un vaso pequeño de zumo al día y que se acostumbren a emplear el agua como bebida principal que acompañe las comidas.
Por último, además de la alimentación, los expertos recomiendan que los niños realicen actividad física y en este caso particular debería ser mínimo de una hora al día.
El portal Cuídate Plus asegura que la comida debe garantizarle al niño el cumplimiento de sus necesidades nutricionales, por lo que es conveniente que tanto los padres como los comedores escolares se involucren en el diseño de menús sanos y equilibrados, capaces de satisfacer las exigencias alimentarias, así como los gustos infantiles.