La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando el nivel de azúcar en la sangre (glucosa), es demasiado alto. La glucosa es la principal fuente de energía y proviene de los alimentos.
Los niveles de azúcar en la sangre son indicados cuando la insulina, una hormona que produce el páncreas, ayuda a que la glucosa de los alimentos ingrese en las células para usarse como energía. Algunas veces, el cuerpo no produce suficiente o no la usa adecuadamente, lo que provoca que la glucosa se quede en la sangre y afecte la salud.
Si bien se trata de una enfermedad crónica, que no tiene cuera, la persona con diabetes puede tomar medidas para controlar su padecimiento y mantenerse sana, asegura el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, de Estados Unidos.
Una de las principales herramientas para mantener bajo control la diabetes es la dieta, la cual implica comer los alimentos más saludables en cantidades moderadas y cumplir con los horarios de comida habituales.
Según el instituto de investigaciones clínicas de Mayo Clinic, una dieta contra esta enfermedad es un plan de alimentación saludable con alto contenido de nutrientes y bajo de grasa y calorías. Los elementos clave son las frutas, los vegetales y los granos integrales.
Un plan de alimentación para estos pacientes no solo les ayuda a controlar el nivel de azúcar (glucosa) en la sangre y los factores de riesgo de enfermedades cardíacas, como la presión arterial alta y las grasas en la sangre, sino también es clave para bajar de peso.
Cuando las personas consumen un exceso de calorías y grasas, el cuerpo genera un aumento no deseado de glucosa en la sangre. Para la mayoría de las personas con diabetes tipo 2, la pérdida de peso es clave para controlar los niveles de azúcar y ofrece una serie de beneficios adicionales para la salud.
¿Qué implica una dieta para la diabetes?
Una dieta para la diabetes se basa en comer tres comidas al día a horas regulares. Esto ayuda a utilizar mejor la insulina que el cuerpo produce o recibe a través de un medicamento.
Con la ayuda de un nutricionista se puede preparar una dieta basada en los objetivos de salud, gustos y estilo de vida de cada persona. También es importante valorar y mejorar los hábitos alimenticios, tales como elegir porciones que se adapten a las necesidades de la talla y el nivel de actividad.
La dieta para los diabéticos debe incluir carbohidratos saludables, alimentos ricos en fibra, pescado y grasas buenas. De acuerdo con los expertos, durante la digestión, los azúcares (carbohidratos simples) y los almidones (carbohidratos complejos) se descomponen en glucosa en la sangre. Por ello, lo ideal es consumir frutas, vegetales, cereales integrales, legumbres, como fríjoles y guisantes y productos lácteos bajos en grasa, como leche y queso.
También se debe incluir en la alimentación productos ricos en fibra, pues esta modera la forma en que el organismo digiere los alimentos y ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre. Se puede encontrar en las frutas, nueces, legumbres y cereales integrales.
Por otro lado, comer pescado es saludable para el corazón y lo ideal es hacerlo al menos dos veces por semana. Los pescados como el salmón, la caballa, el atún y las sardinas son ricos en ácidos grasos omega-3, que pueden prevenir las enfermedades cardíacas. Es importante evitar el pescado frito y el que contiene altos niveles de mercurio, como la caballa gigante.
Los alimentos que contienen grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol. Algunas de ellas son el aguacate, las nueces y aceites de canola, oliva y cacahuate. Sin embargo, lo recomendable es no exagerar en su consumo ya que todas las grasas tienen un alto contenido de calorías.
Alimentos que se deben evitar
La diabetes aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular al acelerar el desarrollo de arterias obstruidas y endurecidas. Hay alimentos que no son recomendables para las personas que padecen de diabetes, entre ellos:
- Grasas saturadas: los productos lácteos ricos en grasa y las proteínas animales, como la mantequilla, la carne de res, los perros calientes, las salchichas y el tocino. También limitar los aceites de coco y de palma.
- Grasas trans: no se deben consumir las grasas trans que se encuentran en productos procesados y horneados, la mantequilla y las margarinas en barra.
- Colesterol: las fuentes de colesterol incluyen productos lácteos y proteínas animales con alto contenido de grasa, yemas de huevo, hígado y otras vísceras.
- Sodio: intentar consumir menos de 2.300 miligramos de sodio al día, más si la persona padece de presión arterial alta.