El Instituto Nacional del Cáncer (NCI) explica que los glóbulos blancos hacen parte del sistema inmune ayudando a contrarrestar algunas enfermedades. “Se produce en la médula ósea y se encuentra en la sangre”, señala.

Por su parte, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus) menciona que “cuando usted se enferma, su cuerpo produce más glóbulos blancos para combatir las bacterias, los virus u otras sustancias extrañas que han causado la afección”.

Pero asegura que algunas enfermedades provocan una menor producción de glóbulos blancos, como por ejemplo, el cáncer y el VIH. Cabe mencionar que los neutrófilos, linfocitos, monocitos, eosinófilos y basófilos son glóbulos blancos.

“La cantidad normal de glóbulos blancos en la sangre es 4,500 a 11,000 GB por microlitro”, dice la Biblioteca.

Síntomas que producen la insuficiencia de glóbulos blancos

La enciclopedia médica menciona que los síntomas a destacar cuando hay un menor número de glóbulos blancos son dolor de cabeza, escalofríos y fiebre.

65 y Más asegura que mantener un nivel adecuado de glóbulos blancos se puede con la ayuda de una dieta balanceada donde se incluyan alimentos como:

Una alimentación balanceada es ideal para aumentar los glóbulos blancos. | Foto: Gettyimages
  • Yogur: como bien se sabe, el yogur es una bebida que se obtiene a partir de la fermentación de la leche, que tal y como lo describe Tua Saúde en un artículo revisado por la nutricionista Tatiana Zanin, las bacterias son las que fermentan la lactosa -una enzima de la leche- y es allí donde se forma el ácido láctico.

El sitio web asegura que pueden colaborar en la producción de glóbulos blancos por la vitamina A que lo compone.

Se cuenta con estudios que avalan las cualidades de este producto para adelgazar, debido a los beneficios para tonificar los músculos, quemar grasa corporal y reducir la cintura. | Foto: Getty Images
  • Espinaca: es uno de los vegetales predilectos para los almuerzos saludables, que se puede consumir ya sea cocinada o cruda. Es un alimento rico en minerales y vitaminas como la K, que tiene muchos beneficios sobre la salud del cuerpo.

Es entonces que 65 y Más, asegura que tanto la vitamina C como el ácido fólico mantienen estables los glóbulos blancos.

  • Champiñones: son hongos comestibles ricos en vitamina B, con propiedades antioxidantes y fibras con la capacidad de regular los niveles de azúcar del torrente sanguíneo, explica el portal de salud Tua Saúde.
Los champiñones tienen una baja densidad energética y con esto ayudan a prevenir la obesidad. Foto: Getty images. | Foto: Getty images

De acuerdo con el sitio web de salud, gracias a sus antioxidantes, los champiñones pueden reducir el riesgo de cáncer. Además, el sistema inmunológico se ve favorecido porque los betaglucanos benefician las defensas del cuerpo.

Incluso el medio asegura que se puede evitar un desnivel de glóbulos blancos con el consumo de suplementos vitamínicos, siempre y cuando se esté bajo la supervisión de un profesional de la salud.

Los ácidos grasos como el omega-3 y el ácido docosahexaenoico, pueden favorecer el desarrollo del cerebro del bebé. | Foto: Getty Images
  • Omega-3: Mundo Deportivo asegura que es un tipo de grasa poliinsaturada que, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos se encuentra en varios alimentos, como algunas semillas, aceites vegetales, salmón y nueces, por lo que su consumo es ideal para el bienestar del cuerpo.

Es entonces que el conteo alto de glóbulos blancos puede señalar el inicio de alguna enfermedad o detectar una infección, quemadura o inclusive una artritis reumatoide.

De acuerdo con la Clínica Mayo, la artritis reumatoide “es un trastorno inflamatorio crónico”, que afecta las articulaciones. Así mismo, esta dolencia puede dañar órganos como el corazón, los vasos sanguíneos, pulmones y hasta los ojos.

Los síntomas que presentan las personas que la padecen son: fiebre, dolor e hinchazón en las articulaciones. Adicionalmente, este trastorno inicia en los dedos de las manos y los pies. Por esto, con el paso del tiempo la enfermedad se extiende en las “las muñecas, las rodillas, los tobillos, los codos, la cadera y los hombros”, explica.