Después de los 30 años de edad, las personas tienden a perder tejido magro. Los músculos, el hígado, los riñones y otros órganos pueden perder algunas de sus células, de acuerdo con Medline Plus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Por tal razón, hay algunas modificaciones que se pueden hacer para reducir los cambios en el cuerpo relacionados con la edad:

  • Hacer ejercicio con regularidad.
  • Consumir una dieta saludable que incluya frutas y verduras, granos enteros y la cantidad correcta de grasas sanas.
  • Reducir el consumo de alcohol.
  • Evitar los productos del tabaco y las drogas ilícitas.

Además, el portal Salud 180 reveló los alimentos que se deben consumir después de los 30 años, como la zanahoria, el tomate, las verduras de hojas verdes, ya que tienen clorofila y favorecen a la desintoxicación del cuerpo.

Asimismo, recomendó consumir frutas como la guayaba, la naranja y la mandarina por su alto contenido de vitamina C, pues este es un nutriente hidrosoluble y en el cuerpo actúa como antioxidante, al ayudar a proteger las células contra los daños causados por los radicales libres. Además, el cuerpo necesita de esta vitamina para producir colágeno, una proteína necesaria para la cicatrización de las heridas.

Sobre la misma línea, la Organización Mundial de la Salud indicó que una dieta sana incluye al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, excepto papas, batatas, mandioca y otros tubérculos feculentos.

De igual manera, sugirió consumir una porción de grasa insaturada al día como “una cucharadita de aceite de olivo o dos cucharadas de cacahuates o ajonjolí tostado en las ensaladas; diez almendras o una cucharada y media de nueces picadas”.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó consumir menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas. Las no saturadas (presentes en pescados, aguacates, frutos secos y en los aceites de girasol, soja, canola y oliva) son preferibles a las saturadas (presentes en la carne grasa, la mantequilla, el aceite de palma y de coco, la nata, el queso, la mantequilla clarificada y la manteca de cerdo), y las grasas trans de todos los tipos, en particular las producidas industrialmente (presentes en pizzas congeladas, tartas, galletas, pasteles, obleas, aceites de cocina y pastas untables) y de rumiantes (presentes en la carne y los productos lácteos de rumiantes como vacas, ovejas, cabras y camellos).

Asimismo, la OMS sugirió reducir la ingesta de grasas saturadas a menos del 10 % de la ingesta total de calorías, y la de grasas trans a menos del 1 %. En particular, las grasas trans producidas industrialmente no forman parte de una dieta saludable y se deberían evitar.

Otra recomendación del portal es consumir legumbres por su alto contenido de fibra, ya que es ideal para prevenir el estreñimiento. No obstante, los alimentos que contienen fibra también pueden brindar otros beneficios al cuerpo humano, como reducir el riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer.

Adicional, sugirió tomar agua, aunque el consumo diario de este líquido es diferente para los hombres y para las mujeres, ya que existen variaciones entre la ingesta, pero por lo general los hombres deberían consumir 3,7 litros de agua al día y las mujeres deberían beber 2,7 litros.

Otras recomendaciones de la OMS son:

  • Consumir menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, que equivale a 50 gramos (o unas 12 cucharaditas rasas) en el caso de una persona con un peso corporal saludable que consuma aproximadamente 2.000 calorías al día, aunque para obtener beneficios de salud adicionales lo ideal sería un consumo inferior al 5 % de la ingesta calórica total. Los azúcares libres son todos aquellos que los fabricantes, cocineros o consumidores añaden a los alimentos o las bebidas, así como los azúcares naturalmente presentes en la miel, los jarabes y los zumos y concentrados de frutas.