La tiroides es una glándula pequeña con forma de mariposa, ubicada en la base de la parte frontal del cuello, justo debajo de la nuez de Adán que produce suficientes hormonas para satisfacer las necesidades del cuerpo, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
“La tiroides produce hormonas que controlan cómo el cuerpo usa la energía y estas hormonas afectan a casi todos los órganos del cuerpo y controlan muchas de las funciones más importantes de este, como, por ejemplo, afectan la respiración, frecuencia cardíaca, peso, digestión y estados de ánimo. Sin suficientes hormonas tiroideas, muchas de las funciones del cuerpo se vuelven más lentas”, explicó Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Por ello, cuando esta falla se pueden presentar varios problemas y algunos síntomas que pueden indicar problemas o alteraciones en el funcionamiento de la glándula tiroidea, según el portal portugués de salud, nutrición y bienestar ‘Tua Saúde, son:
1. Aumento o pérdida de peso.
2. Dificultad para concentrarse y falta de la memoria.
3. Caída del cabello y piel seca.
4. Alteraciones de humor y estreñimiento.
5. Somnolencia, cansancio y dolores musculares.
6. Malestar en la garganta y en el cuello.
7. Palpitaciones y presión elevada.
Así las cosas, la biblioteca explicó que algunas enfermedades de la tiroides causan que se produzcan demasiadas o muy pocas hormona como, por ejemplo:
- Bocio: Agrandamiento de la tiroides.
- Hipertiroidismo: Cuando la glándula tiroides produce más hormona tiroidea de lo que su cuerpo necesita.
- Hipotiroidismo: Cuando la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea.
- Cáncer de tiroides: Cada año alrededor de 12.000 hombres y 33.000 mujeres presentan cáncer de tiroides.
- Nódulos: Bultos en la tiroides.
- Tiroiditis: Hinchazón de la tiroides.
Dicho lo anterior, el mismo portal reveló que algunos alimentos que pueden perjudicar la tiroides, principalmente cuando se consumen en exceso y durante mucho tiempo, y que deben ser evitados son:
1. Soja y derivados como la leche de soja, tempeh o tofu.
2. Vegetales crucíferos como el coliflor, col, nabo, rabanito, brócoli, repollo o repollo de Bruselas.
3. Alimentos industrializados como las carnes ahumadas, salsas o snacks.
4. Harinas refinadas y azúcar que se encuentra en los alimentos dulces, como los pasteles, golosinas y las harinas refinadas.
Por su parte, para cuidar la tiroides hay que seguir algunas recomendaciones básicas como, por ejemplo:
1. Hacer ejercicio: Se deben realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica intensa a la semana, o una combinación de actividad moderada e intensa.
2. Tomar agua: el consumo diario de este líquido varía para hombres y mujeres, pero las recomendaciones generales sugieren 13 vasos de agua al día para hombres y nueve vasos para las mujeres.
3. Tener una dieta saludable: esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día; menos del 10 % de la ingesta calórica total debe ser de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria debe proceder de grasas y se deben consumir menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.
4. Realizarse exámenes rutinarios de la tiroides y en especial cuando hay antecedentes familiares o sospechas de problemas de tiroides.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.