El próximo 3 de junio, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa) y la compañía tecnológica estadounidense SpaceX lanzarán una nueva misión espacial de reabastecimiento para la Estación Espacial Internacional, una estación modular ubicada en la órbita terrestre baja.
Sin embargo, la novedad de la misión corre por cuenta del envío de calamares luminiscentes y osos de agua, animales que serán enviados a ese lugar con el objetivo de que los científicos analicen sus mecanismos de adaptación para implementarlos en otros que puedan ayudar a los astronautas humanos en ese tipo de misiones.
El lanzamiento se llevará a cabo desde el centro espacial Kennedy de la Nasa en California, Estados Unidos, desde donde partirá la nave con los diminutos calamares hawaianos y los tardígrados, conocidos como osos de agua, que son criaturas diminutas que toleran ambientes más extremos que la mayoría de las formas de vida.
“Los experimentos a bordo incluyen estudiar cómo los osos de agua toleran el espacio, si la microgravedad afecta las relaciones simbióticas, analizar la formación de cálculos renales y más”, explicaron desde la agencia espacial estadounidense a través de su sitio web oficial.
Los diminutos calamares hawaianos, conocidos científicamente como Euprymna scolopes, también permitirán analizar interacciones químicas y moleculares a nivel microbiano. Lo anterior contribuirá a comprender la manera en que se llevan a cabo las interacciones entre animales y microbios, como también las nuevas vías de comunicación entre ambos.
“Los vuelos espaciales pueden ser un entorno realmente desafiante para los organismos, incluidos los humanos, que han evolucionado a las condiciones de la Tierra”, aseguró el investigador principal de la misión, Thomas Boothby.
El experto también resaltó que los resultados del experimento podrían mejorar la comprensión sobre los factores de estrés que afectan a los humanos en el espacio y apoyar el desarrollo de contramedidas.
“Una de las cosas que realmente queremos hacer es comprender cómo los tardígrados sobreviven y se reproducen en estos entornos, y si podemos aprender algo sobre los trucos que están usando y adaptarlos para proteger a los astronautas”, agregó Thomas Boothby.
Sin embargo, los expertos han manifestado que la comunidad científica también podría utilizar los resultados de la investigación para mejorar la salud humana y el bienestar de las personas en nuestro planeta.
“Los animales, incluidos los humanos, dependen de nuestros microbios para mantener un sistema digestivo e inmunológico saludable”, agregó la investigadora principal Jamie Foster, encargada de liderar el experimento UNAMI, como fue denominado el estudio en el caso de los calamares diminutos.
“No entendemos completamente cómo los vuelos espaciales alteran estas interacciones beneficiosas. El experimento UMAMI utiliza un calamar bobtail que brilla en la oscuridad para abordar estos importantes problemas de salud animal”, concluyó la experta.
Cultivos espaciales
La Nasa también anunció en febrero de este año que está buscando personas para que desarrollen sistemas alimentarios en el espacio y que pagará premios hasta de US$ 500 mil a quienes descubran cómo lograrlo.
El anuncio fue hecho en el marco de la primera fase de la convocatoria internacional denominada Deep Space Food Challenge, en la que la Nasa espera avanzar hacia el descubrimiento de nuevas tecnologías innovadoras de producción de alimentos en el espacio, pero que sean aplicables en contextos terrestres.
Se estima que la convocatoria pueda tener una segunda fase próximamente, aunque por ahora el plazo para participar en la fase inicial se vence el 30 de julio de 2021.
“A medida que la Nasa desarrolla conceptos para misiones tripuladas más largas a Marte y más allá, la agencia necesitará sistemas alimentarios innovadores y sostenibles que cumplan todos los requisitos”, explicó la agencia espacial estadounidense.