Los frutos secos son una gran opción para incluir dentro de una alimentación saludable, que puede traer grandes beneficios para el cuerpo humano.
Estos alimentos son una gran ventaja gracias a que contienen ácidos grasos insaturados y otros nutrientes. Además, destacan por su comodidad para conseguirlos, almacenarlos, llevarlos a algún lugar y comerlos a cualquier hora del día.
Según el portal de Mayo Clinic, varias investigaciones han señalado que comer frutos secos de manera frecuente puede ayudar a disminuir los niveles de inflamación relacionada con la enfermedad cardiaca o diabetes. Incluso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de frutos secos como nueces, avellanas y almendras.
Frente a este último, la Fundación Española de Nutrición (FEN) señala que las almendras son buena fuente de proteínas, ácidos grasos monoinsaturados, ácidos grasos insaturados, fibra, calcio, fósforo, magnesio, hierro, zinc, potasio, vitamina E, riboflavina, tiamina, niacina y folatos, lo que convierte a este fruto seco en un alimento con gran valor nutricional.
De acuerdo con un estudio realizado por la Tufts University y financiado por la organización Almond Board of California, comer almendras como snack puede ayudar a mejorar la función endotelial, un indicador clave de salud bascular y disminuye el colesterol LDL.
“Con base en datos existentes sobre el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, predecimos que reemplazar snacks típicos por almendras a largo lazo resultaría en una reducción del 30 % en el riesgo relativo ajustado a un evento cardiovascular”, indicó la doctora Wendy Hall, catedrática de ciencias nutricionales en King’s College London y una de las investigadoras del estudio anteriormente mencionado.
Una de las cualidades más llamativas de las almendras es su aporte de ácidos grasos instaurados, los cuales contribuyen a regular los niveles de colesterol en el organismo. Vale recordar que esta sustancia puede derivar en la formación de placa en las arterias que bloquea la circulación sanguínea.
Otro beneficio de consumir almendras con frecuencia es que podría ayudar a proteger y fortalecer los huesos y dientes, un efecto que se le atribuye a partir de su contenido de calcio y fósforo. Una de las grandes cualidades de este alimento es que una ración de 25 gramos de almendras sin cáscara aporta 18 % de la ingesta diaria recomendada de fósforo.
Igualmente, la FEN destaca que una ración de 25 gramos de este fruto seco sin cáscara puede aportar el 42 % de las ingestas diarias recomendadas de vitamina E. Además, tienen una gran sensación saciante, lo que ayudará a que las personas se sientan más llenas y, con ello, no tengan la necesidad de consumir otros alimentos.
En ese sentido, los expertos recomiendan comer entre 10 y 20 almendras al día, pero lo más aconsejable es que sean repartidas en dos momentos diferentes de comida, es decir, consumir algunas al desayuno y otras durante la cena, por ejemplo. Otra alternativa es utilizarlas como snack.
Es importante resaltar que si se desea incluir un nuevo alimento para mejorar la alimentación, lo más recomendable es asistir ante un trabajador de la salud para conocer a profundidad las implicaciones que esto tendría en el organismo.
Una gran forma de consumir las almendras es agregarlas a ensaladas u otras preparaciones. De hecho, el aceite que sueltan estos frutos secos permite la producción de la leche de almendras, que también funciona como sustituta de la leche entera de vaca, es decir, constituye un suplemento dietético.
Finalmente, otra de las opciones para incluir las almendras en el menú cotidiano es realizar un batido. Este tiene un procedimiento sencillo. Bastará con licuar 250 mililitros de leche descremada, cinco almendras, una cucharada de miel o azúcar y una cucharada de cacao en polvo (otros prefieren reemplazar este último por frambuesas, mora o fresas). Cuando tenga una combinación homogénea, sírvala en un vaso y tendrá su resultado.